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Mucho hemos analizado y publicado sobre la precariedad empresarial que se encuentran los profesionales más jóvenes, sobre todo por el precio de la vivienda que no pueden admitir con sus sueldos.
Es una efectividad mundial, pero tenemos ahora que la masa viejo interiormente de la Concepción Z viejo y los Millennials más jóvenes de China han lanzado una nueva tendencia en la red Xiaohongshu, una plataforma de comercio electrónico y redes sociales. Con la crisis profesional en el país, los jóvenes han optado por afrontar la situación con un desafío que comparten online con orgullo: la frugalidad o manducar con moderación. Muchos medios afirman que lo comparten como poco "cool", poco guay.

La mencionada red social tiene más de 300 millones de usuarios activos, de los cuales la Concepción Z representa prácticamente el 50% del total, y esta tendencia lleva a jóvenes y adultos chinos a compartir cómo sobreviven un mes gastando menos de 500 yuanes (unos 70 dólares) en comida) a través de fotografías de sus platos y el costo asociado de los ingredientes.
Junto a sostener que en España igualmente puedes encontrar muchas cuentas, sobre todo de masa imberbe, que explica cómo consigue manducar una semana con unos pocos de euros (y muchos reciben críticas sobre lo principal de la comestibles en lo que comparten).
Destaca, adicionalmente, que en China era muy popular y eran muy populares las cuentas que iban exactamente en la dirección opuesta, alabando en las redes sociales el consumo desenfrenado en forma de marcas de riqueza, bolsos de diseñadores reconocidos, coches carísimos... y ahora las tendencias van con el cambio cerca de una civilización del capital.
Junto a decir que el propietario de Louis Vuitton, LVMH, la empresa de artículos de riqueza más extenso del mundo, informó el mes pasado que sus ventas de moda cayeron por primera vez desde la pandemia en medio de una caída de la demanda en el mercado chino.

The Washington Post ha analizado este tema y es que no es carencia retirado: muchos jóvenes en China han decidido ceder la universidad y averiguar nuevos retos laborales.
Ya hemos conocido en Genbeta que la pubescencia en China ya no siempre quiere trabajos de oficina porque resultan agotadores, aunque paguen mejor y que prefieren traicionar flores o cultivar fresas o incluso trabajar de forma espontánea en eventos, u otras tareas manuales y menos estresantes. La Gen Z en China no es ajena al mundo y se hartó de trabajar mucho.
Muchas de las personas que están participando orgullosamente de esta tendencia incluyen ingenieros que aceptaron el desafío luego de descubrir que podían deteriorar menos de 20 yuanes por día (aproximadamente de 2,75 dólares por día) en sopas y arroz, lo que les llevó a meses en los que podían mantenerse con aproximadamente de 332 yuanes (45,67 dólares).

Incluso, otras personas dicen haberse unido al lucha con el objetivo de principiar a reservar para comprar una casa o mudarse a otra ciudad en sondeo de mejores oportunidades laborales.
El problema es que este cambio no siempre es voluntario, sino motivado por la crisis profesional en China. Ya hemos conocido, que en caudillo, la Concepción Z se enfrenta a dos grandes problemas: la crisis de vivienda y no querer trabajar a cualquier precio. Los participantes suben fotos de lo que comen cada día y detallan los costos de cada artículo en la popular plataforma Xiaohongshu. Incluso, algunos que terminan un mes con efectivo de sobra pasan a apuntar a un presupuesto aún más bajo.Algunos dicen que su calidad de vida no ha disminuido sustancialmente.

Por ejemplo, Xue Yang es una mujer de 28 primaveras que publica fotos de sus almuerzos. Explica que su cambio de prioridades llegó tras la pérdida de su empleo: tenía un trabajo acertadamente remunerado como asesora financiera en una empresa de software informático hasta finales del año pasado. Compró un habitación con su marido, gastó ampliamente en viajes y ropa, y nunca pensó en controlar los gastos diarios. Luego, su empresa, en medio de una recesión que afectaba a toda la industria, la despidió.
Mientras buscaba trabajo, Xue se unió al desafío de amparar su presupuesto mensual de alimentos por debajo de los 70 dólares. Dejó de pedir comida a domicilio (poco muy popular en la clase media del país) y aprendió a cocinar, buscando en Internet ofertas y recetas. Igualmente usa las redes para presumir de sus descanso baratas cerca de casa. Ahora dice que demora que su modo de capital de efectivo dure incluso cuando encuentre otro trabajo.
Imagen | Foto de Frank Zhang en Unsplash
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