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El teletrabajo se ha convertido en uno de los grandes reclamos laborales de los últimos primaveras. Tras la pandemia, millones de personas pudieron comprobar de primera mano las ventajas de trabajar desde casa: economía de tiempo y boleto en desplazamientos, viejo flexibilidad y un mejor nivelación entre la vida profesional y personal.
Sin requisa, algunas empresas han antagónico una forma cuestionable de emplear esta tendencia: anunciar como "remotos" puestos que, en efectividad, no lo son.
Eso fue lo que le ocurrió a un candidato que compartió su experiencia en la comunidad r/recruitinghell de Reddit: un reclutador había contactado con él, entusiasmado para ofrecerle un puesto "100% remoto". La primera entrevista transcurrió con normalidad, hasta que llegó la sorpresa:
"Bueno, es remoto… siempre que estés en la oficina de 9 a 5".
La indignación fue inmediata. "¿Es que las palabras ya no significan cero?", escribió en su publicación, que recibió miles de comentarios de apoyo.
Lo peor es que su caso no es poco incidental: decenas de usuarios relataron situaciones similares: anuncios que se presentan como 'teletrabajo', pero que al deletrear la grafema pequeña resultan ser 100% presenciales:
"Las empresas saben que el teletrabajo es más atractivo. Por eso, listan sus ofertas como remotas, aunque no lo sean".
Otros calificaron la experiencia como un timo 'bait and switch' ('arponcillo y cambiazo'), una forma de comprender candidatos desesperados que, tras alterar tiempo en entrevistas, terminan aceptando condiciones que no eran las que buscaban originalmente.
Más allá de la frustración, estas prácticas generan un desperdicio de tiempo y boleto. Personas que viven a cientos de kilómetros se postulan para puestos que parecen accesibles, solo para descubrir demasiado tarde que deberían mudarse.
Uno de los testimonios más llamativos narró cómo un candidato condujo ocho horas y pagó un Airbnb para formalizar su acuerdo en lo que creía un trabajo remoto. Al presentarse, le comunicaron que debía instalarse en la ciudad en dos semanas:
"Esperaban que me mudara de estado y buscara vivienda, todo a mi costa. Les dije que no, y me fui".

Según algunos comentaristas, detrás de esta experiencia se esconden razones corporativas: inflar las estadísticas de bienes humanos. Cuantos más candidatos entrevistados, más 'saludable' parece la empresa en presencia de los inversores o directivos. Según ironizaba un heredero:
"Los números grandes importan, los detalles no".
Los usuarios además responsabilizan a los portales de empleo, que permiten este tipo de listados: "Mientras no sea ilegal, no les importa. Cobran por informar y punto".
El objeto más dañino quizá sea la desconfianza que genera entre candidatos y empresas. Si tus jefes mienten desde el primer momento, ¿qué puede esperarse a posteriori? Muchos usuarios confesaron que, al detectar la trampa, abandonan de inmediato las entrevistas:
"No respondo a ningún correo más y espero que nadie lo haga. Hay que frenar este exceso".
En efectividad, esta historia del "teletrabajo en oficina" no hace sino revelar un engendro más amplio: la precarización disfrazada de oportunidad. En tiempos en los que la flexibilidad gremial se ha convertido en una bandera, estas prácticas no solo engañan, además ponen en evidencia la escazes de regular con viejo claridad qué significa exactamente un puesto 'remoto'.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
En Genbeta | "Los influencers se han cargado el teletrabajo", dice un heredero de Reddit. Pero la multitud no está de acuerdo: "Todo es pertenencias"
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