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En Polonia ha tenido extensión hace muy poco tiempo una historia que rivalizaría con un capítulo de Black Mirror. Ocurrió hace unas semanas, cuando la estación de radio Off Radio Krakow, una emisora circunscrito financiada por el estado, despidió a todo el equipo y los sustituyó por tres jóvenes de la Concepción Z en su web que respondían al nombre de Emilia, de 20 abriles, Jakub, de 22, y Alex, de 23. Su primera entrevista fue un impulso para la tiempo: Wislawa Szymborska, un icono cultural polaco y Premio Nobel. El problema es que la poeta estaba muerta.
La “entrevista”. El momento ocurrió el pasado mes de octubre, cuando la emisora pública polaca Off Radiodifusión Krakow generó una gran controversia entre los oyentes al emitir una "entrevista" con la icónica poeta polaca Wislawa Szymborska. El problema, como decíamos, es que Szymborska está muerta desde 2012, y en sinceridad se usó inteligencia químico para todo. De hecho, ni Jakub, ni Alex, ni Emilia son reales, son avatares con una foto inventada en la web que han sustituido a los humanos que llevaban la radiodifusión hasta hace muy poco.
La polémica iniciativa, puyazo para aumentar la audiencia en una tiempo en ocaso, ha provocado una enorme indignación pública en la nación. A esta hora nadie entiende cómo pudieron reemplazar a presentadores humanos con avatares generados por ordenador y realizar entrevistas a personajes fallecidos. De hecho, la intrepidez de fingir una conversación con Szymborska todavía ha indignado a su antiguo presentador, Lukasz Zaleski, quien ha calificado en el New York Times el acto como una molesto violación de la ética periodística.
Lo que podía salir mal, salió peor. El director de Radiodifusión Krakow, Mariusz Marcin Pulit, ha contado estos días que introdujo la tecnología de IA en un intento por atraer a una audiencia más joven y estimular el debate sobre los algoritmos en los medios. Al parecer, su equipo empleó herramientas como ChatGPT, ElevenLabs y Leonardo.Ai para crear los presentadores virtuales, incluido el personaje no binario de Alex Szulc y la “experta en civilización pop”, Emilia Nowak, la misma que realizó la entrevista ficticia con Szymborska.
La tiempo, por supuesto, ganó importante visibilidad, pasando de tener muy pocos oyentes a 8.000 en una sola sombra, aunque quizás no exactamente como ellos hubieran querido. En normal, la admisión fue mayormente negativa, por decirlo de guisa suave. Tanto Pulit como las autoridades polacas recibieron una avalancha de críticas, acusaciones de deshumanización y de supeditar el periodismo a la tecnología.
Reacciones en todos los ámbitos. La entrevista con Szymborska todavía fue recibida con críticas de varias figuras culturales y políticas, incluida Michal Rusinek, encargado del patrimonio intelectual de la poeta, quien inicialmente autorizó el uso de su voz creyendo que la poeta lo habría incompatible humorístico.
Sin secuestro, y una vez realizada la “entrevista”, describió el evento como un acto "horrible", argumentando que tergiversaba la personalidad de Szymborska, haciéndola parecer “ingenua” y “blanda”. La respuesta negativa todavía incluyó una revelación del periodista Jaroslaw Juszkiewicz, cuya voz (y trabajo) en la interpretación polaca de Google Maps fue reemplazada por una IA, en este caso resaltando la "pérdida de autenticidad en las voces humanas".
Consecuencias, debate y reflexiones. La controversia finalmente ha tenido un final atinado para la humanidad, y ha llevado a Pulit a anular el prueba con inteligencia químico en Off Radiodifusión Krakow y devolver la programación a lo presentadores humanos y su música original. La tiempo incluso modificó las biografías de los avatares, eliminando menciones a orientaciones sexuales tras críticas de activistas LGBTQ+ que pedían una representación auténtica.
De fondo, el incidente ha suscitado un debate más profundo (una vez más) sobre los límites del uso de la IA en medios de comunicación y el peligro de desplazar a profesionales humanos en beneficio de tecnologías automatizadas. Contaba el New York Times que un crónica flamante sobre el impacto de los algoritmos en el periodismo sugería que la tecnología aún estaba remotamente de reemplazarnos a los “plumillas”, al menos de forma efectiva.
Obviamente, queda un dilatado camino y estamos muy remotamente todavía de alcanzar a un “entendimiento”. La propia tecnología plantea dilemas éticos que difícilmente se solucionarán a corto plazo.
En cualquier caso, esta ha sido, sin duda, una pequeña pugna ganada por los humanos, pero la batalla se prevé larga.
Imagen | Off Radiodifusión Krakow
En Genbeta | Luego de casi dos abriles usando ChatGPT, este es el uso principal que le doy
En Genbeta | Esta periodista dejó de tomar decisiones y la IA lo hizo en su extensión. Salió acertadamente, pero como una vida típico y "aburrida"
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