A partir del 28 de junio de 2025, España debe dar un paso firme alrededor de la inclusión digital con la entrada en vigor de la Ley 11/2023 de Accesibilidad, que transpone directrices europeas al ámbito permitido gachupin. Y posiblemente uno de los existencias más evidentes de esta norma para el ciudadano de a pie está vinculado a los servicios bancarios presenciales, pues exige que los cajeros automáticos —punto secreto de golpe al efectivo para millones de ciudadanos— sean plenamente accesibles.
El objetivo es el de eliminar las barreras que aún enfrentan muchas personas con discapacidad (física, sensorial o cognitiva), personas mayores o aquellas con beocio sencillez con el ámbito digital.
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¿Qué exige exactamente la nueva norma?
La Ley 11/2023 no se limita a imponer normas generales de accesibilidad, sino que especifica una serie de requisitos técnicos concretos que deben integrar todos los cajeros nuevos a partir del 28 de junio.
Estas son las características secreto, con una explicación detallada de su función y utilidad:
- Pantallas de suspensión contraste y decano tamaño: Las nuevas pantallas deberán avalar una visualización clara de la información, incluso para personas con quebranto visión. El aumento de tamaño facilita la recitación a personas mayores y la visualización en entornos con mucha luz o reflejos. El suspensión contraste de colores —como blanco sobre infeliz o amarillo sobre zarco— prosperidad notablemente la legibilidad para personas con visión corta o acromatopsia.
- Textos e iconos legibles, con tipografías grandes: Las fuentes utilizadas en los menús deberán ser de gran tamaño, sencillas y sin adornos, como las tipografías sans-serif, lo que facilita su recitación por parte de personas con dificultades visuales o cognitivas. Los iconos todavía deben ser fácilmente reconocibles, evitando símbolos ambiguos o poco intuitivos.
- Brillo ajustable automáticamente: Los cajeros contarán con sensores que ajustarán el brillo de la pantalla en función de la luz ambiental. Esta funcionalidad es fundamental para avalar una visualización adecuada tanto en interiores con quebranto iluminación como en exteriores durante horas de sol intenso.
- Interfaz intuitiva y simplificada: El software del cajero será rediseñado para ofrecer una navegación más método y directa, con pasos claros y opciones limitadas por pantalla para no saturar al favorecido. Esto resulta esencial para quienes no están familiarizados con la tecnología, favoreciendo una experiencia más fluida y comprensible.
- Ordenanza con relieve y disposición accesible: El teclado deberá presentar recadero físicos con marcas en relieve para ayudar a las personas con discapacidad visual a orientarse. La disposición debe ser ergonómica, con suficiente espacio entre teclas para evitar pulsaciones accidentales, y estar al radio de personas en apero de ruedas o con movilidad corta.
- Salida de audio con opción de conectar auriculares: Los cajeros deberán ofrecer una salida de audio privada mediante un conector para auriculares habitual. De esta modo, las instrucciones por voz no se reproducen en altavoces externos —preservando la privacidad— y se permite a los usuarios escuchar las indicaciones directamente, sin interferencias externas.
- Guías de voz e instrucciones sonoras: El sistema deberá pilotar al favorecido a través del proceso mediante una voz sintetizada clara y pausada, que indique los pasos que debe seguir en cada momento. Estas instrucciones se activan automáticamente al conectar auriculares y están pensadas para personas ciegas, con quebranto visión o que prefieren un cortejo auditivo durante la operación.
El objetivo es claro: permitir que cualquier favorecido pueda realizar operaciones como retirar efectivo sin reconocer de audiencia externa.
Un proceso de aclimatación progresiva
La implantación de la nueva norma ha sido diseñada con un enfoque realista y graduado para permitir que tanto bancos como usuarios se adapten a los cambios sin gestar disrupciones innecesarias. En este sentido, la Ley 11/2023 distingue claramente entre cajeros nuevos y cajeros ya existentes.
- Cajeros nuevos con accesibilidad desde el primer día: Todos los cajeros automáticos que se instalen a partir del próximo 28 de junio de 2025 deberán cumplir desde su puesta en funcionamiento con los requisitos de accesibilidad universal. Esto incluye la incorporación de tecnología háptica, guías por voz, pantalla táctil accesible, textos de suspensión contraste y otras funcionalidades adaptadas a usuarios con distintas capacidades. Estas nuevas máquinas estarán señalizadas como tal para entregar su identificación por parte de los usuarios.
- Cajeros antiguos con beneficio de aclimatación hasta 2030: Los dispositivos instalados antiguamente del 28 de junio de 2025 no deberán adaptarse inmediatamente, pero siquiera quedan exentos. Tendrán como plazo mayor hasta el 29 de junio de 2030 para cumplir la norma, siempre que no superen los 10 primaveras de caducidad desde su instalación flamante.
La modernización tecnológica conlleva un coste estimado de entre 1.500 y 3.000 euros por dispositivo. Donado que en España existen aproximadamente 47.000 cajeros automáticos, la inversión total por parte del sector financiero será considerable.
Mandato de la transición y transparencia
Durante este periodo de cinco primaveras, la coexistencia de cajeros adaptados y no adaptados obligará a las entidades financieras a diligenciar de forma activa y transparente la información al notorio. Para ello, deberán:
- Editar listados actualizados de cajeros accesibles en sus sitios web y aplicaciones móviles.
- Incorporar mapas interactivos para entregar la circunscripción de dispositivos adaptados.
- Señalizar de forma visible en cada cajero su nivel de accesibilidad.
En cualquier caso, la transformación no se limita a los cajeros. La ley exige todavía que el personal bancario reciba formación específica para atender adecuadamente a personas con diferencia pragmático. Desde la atención personalizada hasta la demostración de uso de los nuevos cajeros, el cambio todavía es humano.
Imágenes | Marcos Merino mediante IA
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