Un reclutador ve su trabajo más "deprimente" que antes porque los candidatos abusan de la IA. Ha desatado la polémica

En los últimos tiempos, la IA se ha infiltrado en casi todos los rincones del mercado sindical: desde la redacción de currículums y cartas de presentación hasta la concepción de imágenes, cada vez son más los profesionales que se apoyan en herramientas como ChatGPT, Copilot o Midjourney para destacar en procesos de selección o aligerar tareas. Sin requisa, esta tendencia ha generado reacciones encontradas, sobre todo entre reclutadores y responsables de contratación.

Uno de ellos, Rafael Kennedy, vicepresidente de ingeniería en una empresa llamamiento Inspiration Mobility, publicó en LinkedIn un mensaje en el que confesaba sentirse "deprimido" por el rumbo que ha tomado el reemplazo en la era de la IA. Su publicación se viralizó rápidamente, pero parece que no por las razones que él esperaba.

"Enganchar ya no es lo que era"

En su texto, Kennedy aseguraba que enganchar personas solía ser "una de las mejores partes del trabajo": una oportunidad para conocer talento, dar segundas nuevas oportunidades y permitir que la gentío creciera profesionalmente. No obstante, decía que en la hogaño el proceso se ha vuelto frustrante y mecánico.

Según el directivo, la causa de su desánimo es que muchos candidatos están usando herramientas de IA para mejorar o incluso producir por completo sus solicitudes de empleo, lo que, en su opinión, produce resultados demasiado homogéneos y poco auténticos:

"Los postulantes se están representando falsamente como humanos, cuando en sinceridad son agentes de flujos de trabajo automatizados. Ya no intento descubrir si son adecuados para el puesto, sino evitar que me engañen operadores deshonestos que reducen el tiempo de respuesta en un sospechoso 40 %".

Kennedy cerraba su consejo con un consejo: "En 2025, beneficiarse tu humanidad y conectar como una persona positivo nunca habrá sido tan importante".

El detalle que desató la ironía: usó arte generado por IA

Lo que podría favor pasado como una simple consejo sobre la progreso del reemplazo se convirtió en motivo de escarnio en redes sociales cuando los usuarios notaron un detalle crucial: la ilustración que acompañaba su post había sido generada igualmente mediante inteligencia fabricado.

En la imagen, un reclutador aparece derribado frente a una mesa, rodeado de aspirantes vestidos como robots que sostienen currículums idénticos. Es una metáfora visual perfecta de lo que Kennedy intentaba expresar… pero igualmente un ejemplo de la contradicción que muchos vieron en su mensaje.

De hecho, el post fue rápidamente compartido en el subreddit r/recruitinghell, una comunidad dedicada a exponer las paradojas y absurdos del mundo del reemplazo reciente.

"Ellos usan IA, pero se quejan cuando los demás lo hacen"

Quizá fijarse en poco como una imagen usada en un post de LinkedIn no es el mejor argumento. Pero la polémica ha servido para sacar a la luz razones mejores para ver cierta hipocresía en la crítica de Kennedy. Así, por ejemplo, muchos usuarios señalaron que los reclutadores llevan primaveras usando herramientas automatizadas, como sistemas de seguimiento de candidatos (ATS) que filtran currículums con algoritmos. La cosa ha ido a peor, claro.

Otros apuntaron que el proceso de selección ya era impersonal y deshumanizado mucho ayer de eso: formularios repetitivos, entrevistas automáticas y correos genéricos son parte habitual del proceso, por lo que culpar a la tecnología parecía un expresión de cinismo más que de autocrítica. Un comentarista lo resumió con dureza:

"¿Qué parte de rellenar el mismo formulario con la misma información una y otra vez te hacía observar humano ayer de ChatGPT?"

El debate de fondo

Más allá de las burlas, el episodio resume un debate profundo sobre el papel de la inteligencia fabricado en el mundo sindical.

• Para los reclutadores, la IA puede ser una amenaza a la autenticidad: un candidato puede parecer ideal en papel gracias a ChatGPT, pero no tener las habilidades reales para desempeñarse en el puesto.
• Para los trabajadores, la IA es a menudo una utensilio de supervivencia: enfrentan procesos de selección cada vez más automatizados y competitivos, y usar IA puede ser la única forma de igualar el dominio.

El resultado es un círculo vicioso de desconfianza mutua: los reclutadores usan algoritmos para detectar fraudes, los candidatos usan IA para pasar esos algoritmos, y uno y otro lados se acusan de deshumanizar el proceso.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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