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El crecimiento de la inteligencia fabricado es innegable. Cada vez estamos viendo modelos más potentes y sofisticados que nos ofrecen más herramientas de ayuda. Pero esto no es asequible energéticamente hablando, ya que diferentes estudios apuntan a que para poder suministrar los centros de datos se necesita una gran cantidad de energía.
Los centros de datos no son más naves llenas de servidores y procesadores donde se lleva a parte el entrenamiento de la IA y además todas las operaciones para poder reponer a nuestras peticiones. Ahora que Trump ha anunciado que invertirá 500.000 millones de dólares para desarrollar aún más la IA, estamos viendo como esta demanda energética irá en aumento.
El propio Sección de Energía de Estados Unidos apuntaba en diciembre que este consumo energético se ha triplicado en la última período, y hasta 2028 veremos como incrementa aproximadamente hasta los 325 teravatios hora de consumo. Poco que está muy por encima del consumo de España que se monograma en 246 TWh.
Pero con el anuncio de Trump las previsiones que había en la mesa de ocuparse un 12% de toda la electricidad consumía a Estados Unidos a esta industria se van a citarse cortos. Es por ello que con la inversión anunciada por Trump lo que se pretende es construir centros de datos y además las plantas energéticas que las van a suministrar.
El profesor asociado de ingeniería eléctrica de la Universidad de California, Shasolei Ren apunta precisamente a que "si se siguen construyendo centros de datos especializados en IA sin mejoras sustanciales en su eficiencia energética, la sobrecarga de la red eléctrica llegará mucho antaño de lo previsto". Esto hace que se tengan que construir de guisa simultánea los centros y la forma de alimentarlos.
Pero... ¿Cómo producir tal cantidad de energía? Aquí se vuelve a rescatar la idea que ya hemos gastado en el pasado como es la de usar textualmente centrales nucleares que nutran las instalaciones de la inteligencia fabricado. De esta guisa, se tratan de apuntalar que la provisiones sea continua.
Esto es poco que ya han planteado desde OpenAI, Meta o incluso Google que creen que la nuclear no depende de los factores ambientales para poder suministrar la inteligencia fabricado.
La energía no es lo único que puede preocupar a las personas que hay detrás de la inteligencia fabricado. El calor generado además es un problema. Esto requiere de grandes cantidades de agua para poder refrigerar los procesadores, con miles de millones de litros de agua. Poco que además supone un provocación a la hora de establecer una ubicación de los centros de datos, ya que requiere el acercamiento a una central nuclear y además acercamiento a una buena toma de agua.
Imágenes | Lukáš Lehotský Pete Linforth
Vía | El País
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