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Trabaja en una empresa dedicada al reacondicionamiento de productos tecnológicos y, tal y como comparte en Reddit, ha conseguido hacerse con una de las tarjetas gráficas más potentes del mercado por una fracción ridícula de su precio actual. En la publicación revela cómo logró conseguir una Nvidia RTX 3090 por tan solo 9 euros aprovechando un vano justo en su empresa que desconocían sus superiores.
Uno de sus compañeros de trabajo le alertó sobre una enorme caja que contenía más de 680 kilos de tarjetas gráficas de la serie RTX 30 de Nvidia, destinadas al desguace. Entre estas tarjetas se encontraban modelos RTX 3070, RTX 3080 y RTX 3090, todas ellas con un valencia de mercado que oscilaba entre los 500 y los 2.000 euros en su momento de emanación. Sin incautación, desde la dirección de la empresa les advirtieron que esa caja solo contenía residuos electrónicos.
Los trabajadores tenían claro que los responsables de la empresa no tenían los conocimientos técnicos suficientes para valorar en realidad lo que contenía la caja. Sobre todo tras esta valor: decidieron entregar las tarjetas gráficas a los empleados al precio que costaba la materia prima, lo que en total les salió por unos 9 euros cada mecanismo.

Imagen: u/SwiftUnban (Reddit)
El trabajador adquirió inicialmente una RTX 3080 TI que parecía en valentísimo estado, pero resultó no funcionar. Decidió entonces probar suerte con una RTX 3090 que, pese a tener un ventilador roto y la carcasa poco deformada, arrancó a la primera y lleva usándola durante dos primaveras como su polímero gráfica principal.
Su compañero de trabajo igualmente se benefició de esta situación. Consiguió una RTX 3070 TI por 27 euros, aunque tenía una carrera en la pantalla. Mediante la seguro del fabricante, logró que le enviaran una mecanismo completamente pragmático, obteniendo así una polímero de serie adhesión por menos de 30 euros.
Antaño de que la dirección se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, el trabajador logró hacerse con otros productos, entre ellos unos auriculares Sennheiser HD 598 por 9 euros, unas anteojos de VR Meta Quest 2 por 9 euros, una Nintendo Switch por otros 9 euros, portátiles, monitores y más.

Como era de esperar, los responsables de la empresa acabaron descubriendo el pastel. Una vez que se dieron cuenta del real valencia de estos componentes, pusieron fin inmediatamente a las ventas.
Según cuenta el trabajador, el aventura siempre estuvo presente, ya que no podían probar los equipos antiguamente de comprarlos. Sin incautación, la mayoría de las veces los dispositivos funcionaban correctamente, convirtiendo cada transacción en una auténtica quiniela tecnológica.
Imagen de portada | Lucas Kepner
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