un desarrollador explica por qué cree que no triunfa más. Y tiene su propia solución

Daniel De Laney, un desarrollador de software, ha publicado recientemente un artículo titulado "El software autónomo asusta a la clan común" que ha generado un debate sobre la usabilidad del software autónomo. De Laney argumenta que muchas de las herramientas más potentes del ecosistema del software autónomo y de código descubierto (FOSS) están pensadas por y para usuarios avanzados, lo que termina alejando al sabido universal.

HandBrake como pauta.  Según él, la interfaz de este legendario programa gratuito de código abierto para convertir vídeos su interfaz "hace reparar cosas desagradables a los usuarios normales". El problema, dice, es que este patrón se repite en gran parte del software autónomo: aplicaciones muy potentes, flexibles y repletas de funciones que no se diseñan pensando en quienes solo quieren hacer una tarea concreta sin complicaciones.

Interfaz de HandBrake en macOS

No se limita a diagnosticar. Igualmente propone una decisión maña. En su caso, desarrolló una pequeña app citación Magicbrake, una interfaz simplificada que utiliza Handbrake por debajo, pero que oculta todas sus opciones avanzadas. “Solo hay un retoño”, explica. Ese retoño convierte cualquier vídeo “raro” en un MP4 estereotipado que se puede reproducir o subir a cualquier sitio. Su planteamiento es simple: esconder la complejidad para quien no la necesita, sin eliminarla para quien sí. Evidentemente, la propuesta es extremadamente simple y puede quedarse corta.

Una cuestión de mentalidad. Según el autor, su propuesta choca con el modo de funcionamiento de la comunidad del software autónomo. Muchos usuarios avanzados consideran que demarcar opciones es desmerecer el software. Pero defiende que se proxenetismo de un cambio de perspectiva: "Si algún necesita todas las funciones, puede seguir usando Handbrake. Si no, puede usar esto. Todos salen ganando".

Así es el conversor de vídeo que este desarrollador ha escrito basándose en Handbrake. Opina que es lo que necesita la mayoría de la clan.

En su texto, compara la idea con cubrir con cinta adhesiva los recadero menos usados del mando a distancia: las funciones siguen ahí, pero no molestan a quien solo quiere encender la televisión.

El 80% de los usuarios solo necesita el 20% de las funciones. Este es el recapitulación de De Laney. Si el software autónomo escondiera el resto, no solo sería más accesible, sino asimismo más exitoso.

Más allá del caso de Handbrake, el desarrollador anima a otros programadores a crear más proyectos de este tipo. "El mundo está atiborrado de software autónomo formidable que la clan común no us"”, lamenta. Cita ejemplos como servidores multimedia imposibles de configurar para un favorecido medio, editores de audio que exigen horas de educación o herramientas de monitorización de red que parecen diseñadas para echar a los no iniciados.

Debate. A raíz del artículo llamativo, en Hacker News se ha donado un acalorado debate. Un favorecido opinaba, estando de acuerdo con él, que "los colaboradores del software autónomo suelen ser usuarios avanzados que quieren comprobar de que su propio caso de uso funciona. No creo que dediquen mucho esfuerzo a pensar en el caso de uso del 80/20 para los usuarios normales o mayoritarios, ni que estén dispuestos a arriesgar su propio flujo de trabajo solo para proveer las cosas a otros".  Otros que lo apoyan asimismo argumentan que es lo mismo que le ha pasado a Linux.

El más votado discrepa: "El razonamiento es inexacto. No es practicable crear una interfaz simple de la misma modo que Pascal se disculpó por escribir una carta larga porque no tuvo tiempo de escribir una más corta. Implementar la interfaz para un caso de uso concreto no supone mucho problema, pero examinar cuál es ese caso de uso sí lo es".

Imagen destacada | Bench Accounting en Unsplash y Handbrake

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