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Hay un aberración nuevo que se está registrando en China y que resulta muy singular. En un país donde tradicionalmente se ha inculcado la civilización de trabajar muchísimas horas para aumentar la producción empresarial, ahora encontramos a personas mayores que han decidido matricularse en universidades de diversos países del mundo "en búsqueda de conocimientos y satisfacción" personal.
Por ejemplo, China Daily recoge la historia de Wang Xiaoxi, de 57 abriles, retirado, que ha decidido ir a una universidad en Atenas, Grecia para especializarse en arqueología, historia y humanidades de la antigua Grecia, un software de carrera impartido íntegramente en inglés, y realiza cursos adicionales de difícil nuevo, difícil y latín.

Wang forma parte del, según el mencionado medio, creciente número de chinos de mediana momento y mayores que deciden cursar estudios en el extranjero para enriquecer sus vidas. La mujer, echaba de menos seguir aprendiendo lo que estudió en su universidad sin alcanzar a profundizar y luego pasó su vida trabajando y formando su tribu y ahora está retirada y sus hijos ya tienen una momento en la que pueden ser independientes.
Según el mencionado medio, cuando vio esa carrera en otra universidad pensó que sería una oportunidad de cumplir su sueño de inexperiencia, hacer la parecer a fondo que quería. "Me sorprendí a mí misma cuando se me ocurrió la idea de solicitar estudiar en el extranjero. Sería todo un batalla para mí, ya que no se me da aceptablemente el inglés, y mucho menos el difícil y el latín", explica.
"Quería estudiar en el extranjero al principio de la segunda medio de mi vida", explica y su tribu la apoyó. Adicionalmente, la hija de Wang, que puede trabajar a distancia, acompañó a su raíz a Grecia para cuidar de ella durante un año.
Otra historia es Du Liping que, a posteriori de trabajar más de tres décadas en un faja de su ciudad procedente, Zhengzhou (provincia de Henan), con 53 abriles, estaba a punto de jubilarse y acabó yendo a Francia con su hija.
«Me preocupaba que mi raíz se sintiera sin rumbo e incómoda tras alejarse de su agitado trabajo, así que la animé a venir a Francia en búsqueda de poco nuevo que memorizar», cuenta Huo Huo, de 26 abriles, que lleva nueve estudiando en Francia.
Tanto Wang como Du afirmaron que estudiar a una momento descubierta supone un batalla aún anciano, no sólo en términos de verbo y función de la memoria, sino asimismo a la hora de utilizar herramientas educativas y conversar con compañeros más jóvenes.
Antaño de originarse el semestre, Wang intentó familiarizarse con varios dispositivos electrónicos, como una grabadora de voz, un iPad y un leyente Kindle, para que le ayudaran a estudiar aunque explica que "no sabía qué chico pulsar para encenderlos ni cómo apearse el prominencia".
Mientras otros compañeros tecleaban rápidamente en sus portátiles, ella era la única que tomaba notas con un bolígrafo. Du cuenta que tenía que esforzarse más en los estudios que cuando era damisela, y la barrera del idioma a veces dificulta la comunicación con los compañeros.
Imagen | Foto de Davide Cantelli en Unsplash
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