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Muchísimas son las empresas que están exigiendo a sus empleados que vuelvan a las oficinas y muchos los trabajadores que no quieren. Incluso hay clan que ha dejado sus trabajos para no cumplir con estas órdenes y hay clan que consigue ir resistiendo esas obligaciones, mediante demandas para exigir sus derechos laborales.
Un nuevo estudio apunta a que algunas personas están desafiando las órdenes de sus jefes, al menos en Estados Unidos. El promedio de días que los empleados deben estar en la oficina aumentó un 12% durante el posterior año, pero la audiencia a la oficina mostró un aumento de tan solo entre el 1% y el 3%, según Brian Elliott, director ejecutor de Work Forward y editor del Índice Flex.

Uno de los expertos más reconocidos en teletrabajo, Nick Bloom, profesor de capital de la Universidad de Stanford, lo explica así: "La orden de regresar a la oficina es como la ley contra cruzar la calle de forma imprudente. Existe, todo el mundo la conoce y nadie la obedece porque no tiene sentido”.
Él mismo, que estudia este aberración, explica que estas órdenes, en la destreza se traducen a "intentar hacer cumplir las normas establecidas por el director ejecutor, con las que los mandos intermedios y los empleados no están de acuerdo" por lo que, a pesar de las normas, muchos empleados e incluso gerentes, "no le ven el sentido a ir cinco días a la semana si pueden ser igual de productivos dos o tres días a la semana. Así que simplemente no se presentan”.
"Muchas empresas percibieron que la clan sentía un mejor contrapeso entre la vida sindical y personal trabajando desde casa y decidieron que la alegría no formaba parte del paquete de beneficios", comentó un trabajador en Reddit. Los empleadores lo ven de otra guisa.

Muchos afirman que el aislamiento durante la pandemia socavó la colaboración y la innovación que solo surgen de las interacciones en persona. Microsoft ha sido la última en charlar de este tema, contradiciendo así el marketing de su Microsoft Teams.
Según Owl Labs, el 44 % de los empleados estadounidenses a los que se les ordenó regresar a la oficina confesaron acaecer infringido la política de RTO. Siete de cada 10 empleados admitieron acaecer sido descubiertos por sus empleadores.
Según ha recogido USA Today, hay diversos trucos que los trabajadores les han compartido. A muchos les ayuda poco que diversos estudios han ido demostrando y es que gran cantidad de jefes tienen excusas para no retornar a las oficinas y no están en ellas para ver si sus empleados están allí físicamente o no.

Programar mails e irse a casa. Hay trabajadores que programan el giro de correos electrónicos posteriormente de salir de la oficina. Entran a la oficina, toman un café y se van a casa o le piden a un compañero que registre la salida por ellos; o aparecen por periodos cortos, charlan con sus compañeros y se van. La programación de mensajes puede hacer parecer a sus jefes que se han quedado más tiempo.
Ignorar las órdenes de retorno a la oficina de guisa discreta. Otra logística popular es ignorar discretamente la petición de los jefes. En algunas empresas donde el seguimiento y la aplicación de la norma son laxos, es posible tener lugar desapercibido si no se hace mucho ruido. "Una de las mayores quejas era que, en mi equipo de 15 personas, solo dos vivíamos en la ciudad. ¿De qué serviría eso? Pero, adicionalmente, ¿quién se daría cuenta si no fuéramos? No teníamos credenciales ni jefes en la oficina", explica cualquiera en Reddit. Incluso le dijo a su compañero que no hablase del tema con los superiores.

Negociación de tratos especiales. Los empleados de parada rango y parada rendimiento, que podrían ser fichados por la competencia, han tirado de esta influencia para cerrar acuerdos. Un hombre llamado Elliott cuenta su casa y explica que "los gerentes, delante las crecientes exigencias de 'hacer más con menos', no están dispuestos a despedir a cualquiera que rinde admisiblemente".
Ir a la oficina pero sin poner interés en trabajar con ganas. Luego hay quienes sí van pero cuentan que hacen la ley del imperceptible esfuerzo.: "Llego exactamente a la hora de inicio programada, tomo cada alivio para tomar acullá de mi escritorio y me voy en cuanto termina mi etapa. Si cualquiera me contacta por mensaje o correo fuera del horario no respondo", explica un profesional. Y aclara que no va a ser "fértil con un empleador que me alcahuetería como a un caprichoso". Este es un aberración extendido, incluso en Europa y recibe el nombre de renuncia silenciosa.
Imagen | Foto de AARN GIRI en Unsplash
En Genbeta | Si las empresas quieren que volvamos a las oficinas contentos este avezado tiene claro cómo: tienen que explicarnos para qué
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