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Las estafas mediante códigos QR fraudulentos, conocidas como "quishing", son cada vez más comunes, sobre todo teniendo en cuenta que el uso de los códigos QR se ha impulsado masivamente a lo extenso de los últimos primaveras tras el COVID.
Esta modalidad de fraude, impulsada principalmente por organizaciones criminales, ha pasado de 100 casos reportados en Reino Unido en 2019 a 1.386 denuncias en 2024, tal y como cuenta el medio BBC. En España, este tipo de estafas incluso ha llegado con casos como el de Aragón, donde la Policía Franquista detectaba códigos QR falsos en la carta de los restaurantes.
Los delincuentes suelen colocar sus propios códigos QR falsos en lugares donde el cuota sin contacto es global, como parquímetros y menús de restaurantes. Simplemente pegan sus códigos fraudulentos sobre el código QR llamativo, engañando a los usuarios desprevenidos.
Katherine Hart, oficial principal del Instituto de Normas Comerciales en Reino Unido, advierte que estas estafas están significativamente infradenunciadas y representan un "enorme desafío" para las autoridades a nivel mundial. "Hemos trillado enormes cantidades en perdidas de esta guisa. Algunas personas han trillado desaparecer los ahorros de toda su vida, y ese parné termina financiando a criminales", explica Hart.
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En un vídeo de TikTok, María Aperador, experta en ciberseguridad, incluso alerta de sus peligros. Los códigos QR engañosos incluso han aparecido en paquetes, correos electrónicos e incluso en televisión, tal y como cuenta el medio. Al escanearlos con el móvil, las víctimas son dirigidas a sitios web controlados por los estafadores, donde son manipuladas para entregar información personal y bancaria.
Según Hart, muchas de las personas que colocan estos códigos fraudulentos probablemente forman parte del nivel más bajo en una cargo criminal organizada y puede que ni siquiera sean conscientes de todas las implicaciones de sus actos.

El medio resalta el caso de Milton Haworth, quien utilizó su teléfono móvil para escanear un código QR en un aparcamiento municipal de Castleford, West Yorkshire, Reino Unido. El código le dirigió a descargar una aplicación no autorizada, donde aceptó fertilizar 90 peniques para comprobar sus datos bancarios. Sin bloqueo, en circunstancia de fertilizar por apartar, se encontró suscrito a un servicio con una tarifa anual de 39 libras sin opción de reembolso.
"Asumí que había pagado por mi aparcamiento, pero me di cuenta de que era una estafa cuando noté al día posterior que habían sacado 39 libras de mi cuenta", comentó. "El cartel decía que usara el código para apartar y nunca había pabellón susurrar de que los códigos QR se utilizaran como estafa".
Las víctimas suelen perder pequeñas cantidades inicialmente, mientras los estafadores recopilan los datos necesarios para difundir un "fraude secundario". "Podrías perder 2,99 libras y mucha clan no denuncia eso y no se da cuenta de que ha pasado su información a una estructura criminal", explicó Hart.
"Días o semanas luego, reciben una emplazamiento diciéndoles que han sido víctimas de un fraude. Pueden señalar un día específico porque ya tienen toda la información que compartiste anteriormente. Te convencen, usando tácticas muy coercitivas, de que son de tu parcialidad, la policía o servicios de protección al consumidor, y quieren usar todo lo que tienes".

Una empresa de aparcamientos, National Car Parks, que gestiona 800 aparcamientos en Reino Unido, está considerando eliminar los códigos QR de su señalización. La empresa ya ha introducido un "proceso riguroso" para evitar que sus códigos QR sean comprometidos, con inspecciones diarias de carteles y demostración de códigos.
Esto desbloquea un nuevo miedo: el de ser estafado al escanear un código QR que creemos permitido. Por ello, siempre debemos mantenernos alerta frente a estos casos, sobre todo si tras escanear el código QR nos impulsan a fertilizar alguna cantidad de parné o nos redirige a una web sospechosa.
Tal y como señalan desde la Agencia Franquista contra el Crimen y el Centro Franquista de Seguridad Cibernética, afirman que es animoso que las personas "se mantengan atentas frente a los ciberdelincuentes". Recomiendan comprobar siempre la autenticidad de un código QR antaño de escanearlo, especialmente cuando implique pagos.
Imagen de portada | Marielle Ursua
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