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Hace cinco abriles desde que una pandemia obligó al mundo a probar de forma masiva el teletrabajo siempre que fuera posible. En este quinquenio mucho ha pasado y aquel evento ha traído a nuestras vidas nuevas tendencias en cuanto cómo concebimos el trabajo: muchos estudios han demostrado que apreciamos la flexibilidad más que nunca antiguamente. En España, el INE acaba de presentar unas cifras reveladoras: el porcentaje de personas que teletrabajan ahora y su comparativa con las cifras de antiguamente de la Covid.
Adicionalmente, podemos ver, por Comunidades Autónomas, el porcentaje de empleados que podrían teletrabajar, por las características de sus puestos, frente a quienes positivamente tienen permitido hacerlo. Y estos datos son muy interesantes: mientras que a nivel franquista, un 33,5% de las personas tienen un "trabajo principal que les permitiría teletrabajar total o parcialmente" y un 13,4% podría teletrabajar siempre, en la maña solo el 14,6% del total de la fuerza sindical hace sus labores en remoto algún día de la semana.
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Como recuerda Xataka, la número, de todos modos, es mucho más reincorporación que los datos que se registraban en 2019 cuando un 5% de la población teletrabajaba a veces en España.
Por otro flanco, hay que tener en cuenta que antiguamente de la pandemia no se llegaba ni al 5% de personas que teletrabajaban. Pero en Europa hay países con una admisión mucho anciano. Por ejemplo, en Suecia y Países Bajos casi la parte de la población teletrabaja a veces, según un informe de Trading View y en sitios como Dinamarca, Islandia o Alemania hay tasas de teletrabajo de entre el 20 y el 25%.
Hace ahora casi un año, veíamos que Eurostat lanzaba un informe de la Averiguación de Población Activa europea que demostraba que en España el número de personas que trabajaban desde casa estaba muy por debajo de la media europea y que, encima, ha caído mucho desde que las restricciones por la pandemia acabaran.

Además recuerdan que si los países ricos apuestan tanto por esta forma de resistir a lado las tareas y mantienen sus altos niveles de productividad es porque funciona, aunque muchos jefes quieran echar por tierra esta forma de trabajar y obliguen a sus empleados a meterse en oficinas a la fuerza.
Como se puede ver en el atlas del INE, la Comunidad de Madrid y Cataluña con las dos regiones con más porcentaje de la población teletrabajando. En el flanco contrario están Murcia, Castilla la Mancha y Cantabria.
Estas cifras tienen mucha dialéctica: aquellas comunidades con anciano predominio de industria manufacturera o del sector primario son las que registran una último incidencia del teletrabajo en su mercado sindical.
Adicionalmente de las cifras del INE hay un documentación nuevo de Ranstad que muestra que los cambios de estos cinco abriles son una existencia que las compañías no deben perder de panorama si quieren entre sus filas a los grandes talentos. El estudio Workmonitor 2025 afirma que "el talento en España comparte ampliamente las expectativas globales respecto a sus empleadores" aunque aquí se valora más la flexibilidad horaria y el inmovilidad entre la vida personal y profesional que en otros países.

Ahora, en España, a la hora de pensar en su puesto contemporáneo, hay factores que son importantes para los profesionales a la hora de nominar sus empresas. Aunque la mayoría apunta al salario, que una compañía ofrezca inmovilidad entre la vida y el trabajo, flexibilidad en cuanto al horario de trabajo y flexibilidad en cuanto al ocasión de trabajo son ahora asuntos esenciales. El 21% de españoles afirma que ha conocido aumentar la flexibilidad en términos de circunscripción en los últimos seis meses en sus compañías.
Hace escasamente unos días veíamos otro gran estudio que reportaba malas noticiero para quienes quieren teletrabajo en España y es que "ya es cosa de privilegiados" y ha creado una brecha social. Este mismo documentación explicaba que "desarrollar las funciones de un puesto de trabajo desde casa era poco impensable en España, no solo hace 15 abriles cuando escasamente el 2% de los ocupados podía hacerlo, sino que incluso calibrado antiguamente de 2020, escasamente el 3.5% de los españoles podían trabajar algún día desde sus hogares".
Ya en 2021 veíamos que con la comprensión a socializar, tras acontecer los peores momentos de la Covid, muchas empresas comenzaban el retorno a las oficinas. En 2023 veíamos a fondo los cambios que estábamos viviendo al respecto: las cifras oficiales mostraban que las empresas que apuestan por el teletrabajo habían caído, aunque no en picado. Concretamente, el número de empresas que permitían trabajar en remoto hace dos abriles eran el 34,18 %.
Mucho nos ha enseñado el teletrabajo. En España y en el mundo. Los estudios e investigaciones han aplicado este aberración para analizar qué pasa cuando la familia trabaja desde casa. Por ejemplo, sabemos que el teletrabajo ha traído nuevas rutinas y más ocio, una causa por la que la recesión económica que se temía no ha llegado. Además han concluido que hacer las tareas en remoto nos hace más felices.

Adicionalmente, el teletrabajo ha amplio un enorme debate y muy polarizado sobre la productividad. Muchos estudios al respecto muestran resultados dispares. En España hay una particularidad y va relacionada con nuestro maniquí financiero. Los españoles estamos obligados a ser más productivos para el crecimiento financiero del país y esto no depende solo de nosotros: España debe centrarse en sectores positivamente productivos, más allá de los servicios y el turismo.
A nivel mundial el panorama es similar. Aunque las oportunidades de trabajo a distancia han caído, la familia es lo que escudriñamiento y muchas investigaciones muestran que las empresas flexibles acceden a más talento. "Sólo el 20% de los anuncios de LinkedIn o híbridos, pero reciben el 60% de las solicitudes en la plataforma", afirma un nuevo reportaje de CNBC publicado hoy. Es proponer, muchos profesionales se decantan por teletrabajar mientras que pocas empresas ofrecen estas opciones a día de hoy.
Imagen | Foto de Olena Bohovyk en Unsplash
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