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Muchos son los temas que llaman la atención de la sociedad japonesa: su civilización profesional, las jerarquías, cómo la caída pronunciada de la nacimientos está llevando a serios cambios en las empresas... y además es muy curiosa la forma de las personas de relacionarse, que lleva al país a tener un grave problema de soledad.
Y como la imaginación en el mundo de los negocios puede ser sorprendente, hoy tenemos la historia de un hombre de 41 abriles de Japón, Shoji Morimoto, que ha contado su increíble historia que puede inspirar a otras personas. Concretamente, ha revelado que apetito 80.000 dólares al año en anexar a personas.

Según sus palabras, "básicamente, me alquilo". para añadir que "mi trabajo es estar donde mis clientes quieran que esté y no hacer nulo en particular". Junto a mencionar que es poco similar a un scort.
Un escort es una persona que ofrece servicios de compañía a cambio de un suscripción. El servicio puede incluir sexo, pero no siempre es así y este segundo caso es el de este hombre. Muchas personas no quieren hacer solas ciertas actividades o estar solas en momentos concretos y ahí es donde Shoji Morimoto y su maniquí de negocio entran en charnela.
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Adicionalmente tiene más de medio millón de seguidores en su Instagram, lo que ayuda a la auge de su negocio. La descripción de su perfil explica:
"Estoy alquilando a una persona que no hace nulo. Siempre estamos aceptando solicitudes. La tarifa de solicitud es de 10.000 yenes. Además cobro los costos de transporte desde la tiempo Kokubunji y los costos de comida y bebida (si corresponde). Por privanza envíame un mensaje directo para consultas. No puedo hacer nulo excepto tomar, tomar y objetar preguntas muy simples".

Es muy rara que Morimoto fue despedido de su trabajo de oficina en 2018, a posteriori de que su superior lo criticara por desidia de iniciativa y por “no hacer nulo” de valencia para la empresa. Ahora, ha desarrollado una lucrativa carrera a cojín de no hacer nulo. Conocido en Japón como el tipo “que no hace nulo” de arrendamiento, el trabajo diario de Morimoto consiste en prestarse a desconocidos que buscan la compañía de cierto para casi cualquier cosa.
Estas solicitudes pueden ir desde esperar a un corredor de maratón en la serie de meta hasta acoger una videollamada mientras un cliente fastidiado redecora y limpia su habitación. Una vez, un cliente que no pudo asistir a un concierto con un amigo alquiló a Morimoto para que ocupara su punto. Adicionalmente, deja muy claro que hace de todo, menos sexo y que no es un terapeuta.
Mucha gentío lo quiere para ser escuchadas pero él aclara que cuando se proxenetismo de conversaciones, Morimoto ofrece el intrascendente indispensable y las respuestas más simples. En otras palabras, asiente y audición solícitamente, pero se asegura de no retozar a ser un terapeuta.

Morimoto explicó a la CNBC que recibe alrededor de 1.000 peticiones al año y deja que sus clientes decidan cuánto pagarle. Solía cobrar una tarifa fija de entre 65 y 195 dólares por una sesión de dos a tres horas, y ganó más o menos de 80.000 dólares el año pasado. Morimoto introdujo el maniquí de suscripción por deseo a finales del año pasado.
Imagen | Foto de Saara Sanamo en Unsplash
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