Que preguntes tus dudas de clase a ChatGPT y no a tus padres no es tan buena idea como parece. Tu pensamiento crítico está en riesgo

Que ChatGPT y otras herramientas de inteligencia químico se han convertido en una magnífica utensilio para estudiar es una ingenuidad. Y que todavía es utópico para admitir a extremo la ley del intrascendente esfuerzo, todavía: dejar que la IA te haga los trabajos está a la orden del día. Así que el profesorado se mueve entre arenas movedizas: prohibir la IA es como ponerle diques al mar e incluso incorporándolo en la evaluación curricular tiene sus existencias colaterales. 

De hecho, el documentación “La IA en la FP: oportunidades y riesgos” esmerado por Ayuda en Actividad y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) no solo refuerza la idea de que el proceso de estudios con IA se ve afectado, sino que todavía fomenta las desigualdades en la educación. Y si acertadamente es cierto que se centra en la Formación Profesional, los problemas encontrados son extrapolables a cualquier estudiante. 

Puede que tus padres se equivoquen más, pero desarrollas el pensamiento crítico

"La IA en la FP no introduce problemáticas completamente nuevas, sino que intensifica desafíos ya presentes en el sistema educativo" señalan Núria Vallès y Víctor Encarnado, investigadores del CSIC y autores del documentación. En pocas palabras: que agrava las desigualdades. Según recogen, un 43% del alumnado de Calidad Superior usa la inteligencia químico y el porcentaje sube hasta el 77% si hablamos de preparar trabajos.

El quid de la cuestión está en que la IA se usa como aparato y no como medio para desarrollar pensamiento crítico. Esta tendencia lleva a un proceso de estudios más rápido pero superficial. El "pregúntale a la ChatGPT" ha llegado a tal punto que, de acuerdo con el estudio, se está erosionando el rol del profesorado y su criterio. Por otra parte, el alumnado acepta sin críticas la información de la IA. Según Vallès:

“Esta desatiendo de habilidades para contrastar y evaluar información repercute en un uso inadecuado de la IA, pudiendo intensificar la polarización entre el alumnado con mejores y peores resultados académicos”

El profesorado sigue teniendo un papel esencial en la orientación profesional, la experiencia profesional y las situaciones particulares en los que la IA todavía no puede entrar. El uso de la IA para automatizar tareas supone una amenaza para el estudios profundo y el pensamiento crítico, pero todavía reproducen las desigualdades que ya existían y no solo por su entrenamiento sesgado, sino por el exclusivo uso en sí. 

Como explica la responsable de estudios de Ayuda en Actividad, Marta Carretero para Infobae:  "los alumnos cuyas familias tiene estudios superiores usan menos la IA para resolver dudas y recurren más a sus padres. En cambio, quienes no tienen ese apoyo depende mucho más de la IA". Así, si el alumnado puede preguntar a sus padres y madres, entonces desarrollarán mejor el pensamiento crítico, en caso contrario solo tienes el punto de clarividencia de la inteligencia químico.

No obstante, el documentación es claro a la hora de señalar el potencial y las oportunidades que ofrece la inteligencia químico, siempre y cuando se priorice el avance cerca de la alivio del sistema existente, el bienestar del alumnado y el profesorado y todavía la equidad social. 

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Portada | Foto de Berke Citak y Jeswin Thomas