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¿Tienes una vacante estratégica que no puede esperar tres meses? ¿Estás reestructurando tu empresa y necesitas a determinado que entre al comedón desde el minuto cero? Entonces quizá lo que buscas no es un fichaje nuevo… sino un interim manager. Sí, suena a título sacado de una serie británica, pero no te dejes engañar por el nombre. Este perfil de adhesión dirección es mucho más tangible de lo que parece y te lo explico sin rodeos en este post ¡sigue leyendo.
Un interim manager es, básicamente, un directivo de stop nivel que entra en una empresa por un tiempo menguado para resolver un contienda concreto. No está para quedarse: está para proceder.


Según el Chartered Institute of Personnel and Development, los interim managers aportan experiencia inmediata, capacidad de liderazgo y una visión externa que resulta especialmente útil en situaciones de cambio o crisis.
No hablamos de consultoría tradicional. No vienen a decirte lo que deberías hacer: lo hacen. Gestionan equipos, toman decisiones y se hacen responsables de los resultados.
Lo que nadie te cuenta sobre este rol
El Interim Manager no es un parche ni un sustituto de ocasión. Es un perfil con una mochila llena de batallas. Familia que ya ha vivido cinco cierres de año, tres despidos colectivos y una auditoría de las que quitan el sueño. Familia que no se asusta si la empresa tiene más fuegos que una verbena.
Por otra parte, su papel va mucho más allá de lo operante. Suele traer una inspección externa, fresca, excarcelado de inercias. Puede aseverar verdades que otros callan, tomar decisiones impopulares y hacer el trabajo abandonado sin pensar en su reputación interna. Y eso, aunque suene crudo, muchas veces es calibrado lo que una empresa necesita.
La revista Harvard Business Review destaca que el liderazgo transitorio es especialmente útil cuando la ordenamiento necesita cobrar tiempo, sostener la continuidad o implementar cambios urgentes mientras encuentra a la persona adecuada para el dilatado plazo.
Te dejo algunos ejemplos claros donde la figura del interim manager tiene mucho sentido:
Es cierto que un interim manager no es de ocasión. Pero todavía es cierto que no viene a formarse: viene a ejecutar desde el minuto uno. Tal como apunta Forbes, los interim leaders aportan eficiencia inmediata y evitan errores costosos cuando la velocidad es secreto.
Por otra parte, al tratarse de un pacto temporal, no hay costes de despido ni largos procesos de selección. El retorno puede ser muy stop si se escoge acertadamente el perfil y se le da autonomía.
Las vías más habituales son redes profesionales (LinkedIn funciona muy acertadamente), agencias especializadas (como Michael Page Interim Management o Robert Walters Interim) o recomendaciones directas de otros profesionales. Lo importante es que esa persona haya estado antiguamente calibrado donde tú estás ahora.
Y aunque suene contradictorio, no necesitas que “encaje con la civilización”. Necesitas que entienda tu contexto y sepa moverse con capacidad, incluso si eso implica cuestionar lo establecido. Como dicen en el Interim Management Association, el éxito de un líder transitorio está en su capacidad para crear impacto auténtico sin indigencia de raigambre.
Depende del momento en el que esté tu empresa. Pero si estás en un punto crítico, con poco beneficio para probar y error, un interim manager puede darte calibrado lo que necesitas: foco, experiencia y velocidad.
Para resistir a ser un buen interim manager es necesario favor ocupando puestos de adhesión responsabilidad. No es poco que se estudie como tal. Se va construyendo con experiencia, muchos errores, aprendizajes, y un buen nombre en el mercado.
Eso sí, no es para cualquiera. Requiere una combinación rara de liderazgo, humildad, cintura política y una capacidad formidable para adaptarse. Tienes que enterarse resistir, observar rápido, acertar entre líneas, detectar resistencias y ganarte la confianza… en tiempo récord.
Incluso hay plataformas especializadas que conectan empresas con Interim Managers, como Top Management o Servitalent. Algunas incluso ya trabajan con inteligencia sintético para emparejar perfiles y proyectos. Pero sigue siendo, en gran medida, un negocio de reputación y boca a boca.
Lo interesante es que estos perfiles no buscan quedarse. Su ego no depende del cargo. Su encargo es resolver, dejar estructura y salir en cuanto el sistema funcione solo.
¿Te has cruzado con un interim manager que salvó algún tesina? ¿Estás pensando en incorporarlo a tu empresa?
Cuéntamelo en los comentarios o compártelo con quien necesite contratar un interim manager.
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