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Durante abriles y abriles, a los españoles nos han estado friendo a llamadas comerciales no deseadas. A pesar de iniciativas como la Inventario Robinson, o de la entrada en vigor de la flamante Ley Genérico de Telecomunicaciones, este problema, lejor de crecer, se ha multiplicado. Y ni siquiera el creciente uso de tecnologías como la inteligencia químico para filtrar llamadas siquiera ha podido ofrecer una opción infalible.
Frente a esta ingenuidad, el Gobierno ha puesto en marcha este mismo sábado una tanda de nuevas medidas que, al menos sobre el papel, suponen un endurecimiento del control sobre las comunicaciones no solicitadas.
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Las nuevas regulaciones provienen de una orden del Servicio de Transformación Digital, enmarcada en el plan estatal contra las estafas por suplantación de identidad y SMS falsos. Estas son las medidas más destacadas:
A partir de ahora, no se pueden realizar llamadas comerciales desde números móviles. Esta valentía se apoyo en el hecho de que muchas estafas y comunicaciones intrusivas se llevaban a promontorio desde números que aparentaban ser personales, lo que dificultaba su identificación por parte del receptor.
Las empresas deben utilizar números con prefijos especiales:
Esto permite al heredero investigar más fácilmente si se comercio de una indicación comercial o de atención al cliente.
Se bloquean las llamadas y SMS que, siendo internacionales, se camuflan con numeración española, una táctica popular en fraudes telefónicos. Esta ejercicio será considerada ilegal y los operadores están obligados a impedir que lleguen al heredero final.
Una medida de sentido popular, que debería haberse consentido hace abriles (por su sensación sobre los timos)... y la única que no entrará en vigor inmediatamente (nos tocará esperar unos 15 meses). Se plantea como una útil para demostrar los identificadores alfanuméricos de empresas y administraciones en los SMS.
Será gestionada por la Comisión Franquista de los Mercados y la Competencia (CNMC) y tiene como objetivo evitar la suplantación de identidad y demostrar la autenticidad de los mensajes.

Las intenciones son buenas, pero... aunque estas medidas representan un avance técnico y normativo importante, no significan el fin completo de las llamadas comerciales. Existen varias vías que pueden seguir permitiendo este tipo de comunicaciones:
Aquí entran en mecanismo las operadoras. Desde marzo de 2025, tienen la obligación de sitiar números que no están registrados o que no cumplen los requisitos legales. Desde entonces, se han cancelado diariamente una media de 235.600 llamadas y 10.000 SMS, alcanzando más de 14 millones de llamadas bloqueadas.
Entonces, ¿pueden saltarse las empresas esta legislatura? Sí, hay márgenes de maniobra. Algunas compañías podrían trasladar sus centralitas al extranjero, en una clásica táctica de "hecha la ley, hecha la trampa", lo que las eximiría parcialmente del cumplimiento de estas normas si utilizan numeración internacional válida.
Más perfectamente, estamos delante un intento serio de reducirlo y hacer más transparente su identificación, pero no delante su desaparición total. Las llamadas no deseadas seguirán existiendo mientras haya resquicios legales y empresas dispuestas a aprovecharlos.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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