que (casi) todo el mundo deje de trabajar. Ni el teletrabajo puede salvarnos

Hace ahora cinco primaveras y poco más de un mes que una pandemia encerró en casa a medio mundo. La actividad económica se paralizó en muchos sectores pero pronto, muy pronto, las empresas encontraron la opción para seguir produciendo y no apurar en bancarrota: el teletrabajo salvó la situación.

Millones de personas pasaron a trabajar desde casa con sus ordenadores y mantuvieron la actividad mientras expertos científicos intentaban acechar el origen de aquel virus y cómo se contagiaba tan fácilmente para ponerle una opción y poder dejar que las personas salieran de nuevo a las calles.

Ahora, con un corte masivo de origen desconocido y en varios países de Europa (el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez ha legado una rueda de prensa hace unos minutos para explicar que, por el momento,  no se conoce con exactitud qué ha podido pasar), hemos podido ver que, de un segundo a otro, nuestra vida y rutina se puede ver trastocada... y ahora no hay teletrabajo que salve la actividad.

El suministro eléctrico se interrumpió en toda la Península en torno a las 12:30 de hoy por causas aún desconocidas. Una hora más tarde, Red Eléctrica anunciaba que el corte era “singular y totalmente  extraordinario” y que se esperaba que iba a tardar de 6 a 10 horas en repararse. Si vemos las webs que muestran la actividad en internet podemos comprobar que esto ha sido igualmente un corte de internet.

Un corte de internet

Espanix es una web que muestra el tráfico de internet y que se actualiza cada cinco minutos, como los mismos creadores de este arbitrio explican. Solo hay que echar un vistazo muy rápido a las últimas horas para ver que a partir del mediodía el tráfico descendió en picado hasta permanecer muy por debajo del consumo de contenido online por la tinieblas, cuando la mayoría de la familia duerme en España. A estas horas se mantiene muy bajo.

Captura de pantalla de las 16.45

Con el corte eléctrico se han visto afectados los transportes, incluso mucha familia no ha podido sacar su coche de la cochera para ir a trabajar porque no se abría la puerta que funciona con electricidad, semáforos que no funcionan... Por recomendación de la DGT que pronto anunció a la familia la penuria de "evitar desplazarse".

Adicionalmente, obviamente, ha habido yerro de acercamiento a internet, ordenadores que sin una escuadra extra no pueden mantenerse encendidos por más tiempo... por consiguiente ni siquiera el teletrabajo es una opción en un momento así. Un corte afecta a muchos asuntos de nuestra vida diaria y puede paralizar la actividad económica.

En Genbeta, durante las horas secreto del corte, solo quien se encontraba fuera de España pudo arrostrar a punta el trabajo con normalidad. Algunos compañeros y compañeras de esta web y de Xataka han intentado sacar delante sus parte con portátiles y móviles con baterías... que se iban agotando. Adicionalmente, aun con escuadra, trabajaban con mucha dificultad porque las  redes siquiera iban acertadamente.

Se puede ver en los gráficos oficiales que la actividad en internet sigue siendo mínima, si comparamos con los datos de ayer, sin corte. El corte ha sido tan noble y ha afectado a tantos ámbitos que, indemne lugares como hospitales y similares, mucha familia ha tenido que dejar de trabajar.

Lo que no logró la pandemia, lo consigue un corte

Hace ahora mismo 5 primaveras, en 2020, en pleno confinamiento, estábamos en el flanco contrario. Con el toril, encima del trabajo, gran parte del ocio pasó a ser online: plataformas de contenidos streaming, videollamadas con amigos y clan, cumpleaños a través de Teleobjetivo o Jit.si, juegos online, las tareas de los niños y niñas igualmente por el PC... eso disparó el tráfico de internet en España durante las semanas más duras de confinamiento. Se calculaba que en los primeros dos meses de toril, el tráfico castellano de internet aumentó aproximadamente de 40%.

Junto a recapacitar cómo las grandes empresas de internet y otras firmas que ofrecían servicios online (por ejemplo, las de reparto de comida a domicilio) encontraron en el coronavirus un filón: con millones de personas conectadas, su negocio creció muchísimo y muchas empresas como Meta o Google tuvieron que contratar a muchas personas para hacer frente a la demanda de sus servicios online.

En ese 2020, incluso Netflix,  YouTube y Amazon Prime Video, entre otros, respondieron al llamada de la Unión Europea reduciendo la calidad de sus contenidos con el  objetivo de no saturar las redes.

Imagen | Foto de natsuki en Unsplash

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