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Tras décadas de caída de la nacimientos y una política cerrada a la inmigración, Japón atraviesa una profunda crisis por la escasez de mano de obra. Esto ha obligado al país oriental a tomar medidas drásticas y a pensar en nuevas formas de atraer a más personas al mercado profesional. Uno de sus objetivos es hacer que las mujeres participen activamente en el sistema financiero, en un país donde la civilización tradicionalmente les asigna todo el peso de la grupo.
Por ello, la secreto ahora es igualar los salarios entre hombres y mujeres por realizar el mismo trabajo. Al hacerlo, Japón retraso incentivar las carreras profesionales de las mujeres y achicar la brecha de artículos en el ámbito profesional.

Hay que tener en cuenta que la brecha de artículos en el país es altísima: el Informe Global de la Brecha de Género, publicado por el Foro Crematístico Mundial en junio de 2023, situó a Japón en el puesto 125º de entre 146 países en materia de igualdad de artículos, cayendo casi 10 puestos desde el año preparatorio.
Como recoge Xataka, mientras Japón está acaparando buena parte de las inversiones con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) que están saliendo de EEUU tras la venida de Donald Trump a la Casa Blanca, firmas financieras niponas como la aseguradora Nippon Life Insurance o el sotabanco MUFG han comenzado a eliminar las políticas salariales que perpetuaban la brecha salarial.
En palabras del medio South China Morning Post, el sector financiero japonés está revolucionando la igualdad de artículos en el trabajo, ya que las principales empresas están eliminando puestos administrativos, principalmente ocupados por mujeres, con el objetivo de cerrar la brecha salarial de artículos.

Por ejemplo, Nippon Life Insurance, la veterano aseguradora de Japón, y MUFG Bank, una dispositivo del veterano colección bancario del país, se encuentran entre las empresas que en los últimos meses eliminaron una categoría de trabajo chupatintas, compuesta casi exclusivamente por mujeres, quienes recibían un salario inferior al de quienes seguían la misma trayectoria profesional. Este cambio exploración aumentar las oportunidades para que las mujeres asciendan a puestos de veterano responsabilidad.
El sistema de división salarial se lleva usando durante mucho tiempo, incluso en otros sectores más allá de los mencionados, lo que resultó en que Japón tuviera una de las mayores brechas salariales entre mujeres y hombres del mundo.
Tradicionalmente, el trabajo solía estructurarse de tal guisa que se esperaba que las mujeres permanecieran en sus puestos solo unos primaveras, ayer de casarse. Esto ha cambiado, pero aún así se mantienen esas categorías laborales donde suelen trabajar las mujeres y donde hay poca oportunidad de crecimiento profesional y salarial.
El sector financiero, en particular, empleaba a muchas mujeres para resolver la enorme cantidad de papeleo que las empresas necesitaban ayer de que la automatización se imponga. Incluso a posteriori de la revisión de la ley en 1997 para prohibir las prácticas de contratación que discriminaban a las trabajadoras, casi todos los empleos en la categoría de último remuneración seguían siendo para mujeres.
A finales de 2024, una investigación estatal demostraba que las trabajadoras a tiempo completo en Japón reciben salarios que representaban entre el 70% y el 80% de lo que percibieron sus homólogos masculinos durante 2023.
En Japón, desde 2022 hay la obligación legítimo de editar datos sobre la brecha salarial de artículos y eso ha visibilizado las disparidades, según Mioko Bo, investigadora asociada del NLI Research Institute.
Encima, el número de trabajadoras en puestos directivos en Japón sigue siendo bajo, mientras que la duración promedio del empleo es último para las mujeres que para los hombres, según el gobierno. En promedio, cuando un hombre apetencia 100 en un puesto, las mujeres reciben 74,8, como demostró el Ocupación de Vigor, Trabajo y Bienestar.

Estas fuentes oficiales explicaban que detrás de la persistente brecha salarial de artículos se encuentra una separación tradicional de roles entre hombres y mujeres en el ámbito profesional, que puede atribuirse, entre otros factores, a prejuicios inconscientes, según el documentación.
Como parte de los esfuerzos para combatir este ofuscación, Tokio anunciaba en octubre de 2024 su plan de organizar reuniones de representantes de gobiernos locales, organizaciones económicas, instituciones financieras, entre otras entidades.
Ya analizamos en Genbeta que Japón tiene un llano problema de nacimientos y es el país desarrollado (económicamente hablando) con mayor porcentaje de mujeres de 50 años sin hijos, lo que pone de relieve los retos que afronta el país para evitar la inminente crisis demográfica. Japón sigue siendo un caso atípico, incluso entre las generaciones más jóvenes.
Según estimaciones del Instituto Doméstico de Investigación sobre Población y Seguridad Social (IPSS), entre el 31,6% y el 39,2% de las japonesas nacidas en el año 2000 permanecerán sin hijos durante toda su vida. Y hay informaciones que apuntan a que no siempre es por osadía propia, sino que muchas mujeres han tenido que renunciar a esta osadía por sus bajos ingresos o por no encontrar a la pareja adecuada para esta representación.

Entre las largas horas en el trabajo y que, por cultura, son ellas las encargadas del gran peso del cuidado del hogar, hay mujeres que no ven que haya tiempo para poder arrostrar todo a término: ser madres y trabajar. Yamaguchi Shintaro, profesor de la Universidad de Tokio afirma que hay estudios que comprueban que las mujeres destinan cinco veces más tiempo a las tareas domésticas y al cuidado de los niños que los hombres y que "esa número es mucho veterano que en otros países desarrollados".
Encima, recientemente el país ha tomado diversas decisiones para que, en la experiencia, la masa trabaje menos horas e incluso se implemente la trayecto profesional de cuatro días para motivar que más personas quieran trabajar en diversos sectores secreto que necesitan masa.

Por otro banda, se ha rajado más que nunca ayer a la venida de inmigrantes, con programas de integración para que los extranjeros puedan adaptarse a la civilización del país y memorizar el idioma. Asimismo hay nuevas normas para dejar de discriminar a los trabajadores extranjeros.
Imagen | Foto de masahiro miyagi en Unsplash
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