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En casi nada tres abriles, la inteligencia sintético generativa ha repaso un camino que antiguamente parecía ciencia ficción. Primero fue ChatGPT (2022), que popularizó la concepción de texto conversacional y puso a la IA en boca de todos. Le siguieron rápidamente los modelos de imágenes —como DALL·E y MidJourney—, y en febrero de 2024 llegó la primera interpretación de Sora, un maniquí de IA capaz de convertir descripciones en clips de vídeo (relativamente) coherentes.
Ahora, con la arribada de Sora 2, OpenAI ha rematado que los objetos reboten en espacio de teletransportarse, que las escenas mantengan su continuidad entre planos, que los diálogos se sincronicen con el movimiento de labios y que se añadan paisajes sonoros. En definitiva, clips más creíbles y consistentes.
Uniendo eso a su nueva aplicación para móviles al estilo TikTok, la compañía exploración repetir el impacto que supuso GPT-3.5 en su campo, y padecer la concepción de vídeo hiperrealista al saquillo de cualquiera, con la promesa de que tú y tus contactos podáis protagonizar clips que casi parezcan sacados de producción profesional.
Y es que lo revolucionario no es solo el maniquí de IA, sino su app social. En ingenuidad, la experiencia es llano: un scroll infinito de vídeos, likes, remixes y mensajes. Pero hay una diferencia crucial: casi todo el contenido está generado por IA y puede incluir a los propios usuarios como protagonistas.
Y es que Sora 2, que se estrena en iOS para usuarios norteamericanos y bajo invitación (a Android llegará más tarde), permite crear vídeos de unos 10 segundos en los que puedes realizar 'cameos' insertando tu cara y tu voz.
El proceso es sencillo: grabas unos segundos moviendo la individuo y diciendo unas frases, y la aplicación genera tu avatar digital. Desde ahí, puedes verte peleando en un videojuego retro, escalando un volcán o bailando con tus amigos en un concierto ficticio.
Adicionalmente, la app integra un feed al estilo TikTok o Reels, con posibilidad de remezclar vídeos de otros usuarios, añadir variaciones o sumarte a tendencias virales. Lo que antiguamente era demarcación de editores de vídeo profesionales, ahora se convierte en un diversión social accesible desde el móvil.
La primera reacción de muchos es dialéctica: ¿y si esta útil se convierte en una taller de deepfakes maliciosos? OpenAI lo sabe y ha implementado varias capas de seguridad:

En cuanto a derechos de autor, la compañía mantiene la misma política que con las imágenes: se reserva el derecho de retirar contenidos si los titulares lo solicitan, pero no bloquea de entrada recreaciones de universos populares como Star Wars o Los Simpson.
OpenAI no está sola: Google (con Veo), Runway (Gen-4), Meta (Vibes) y hasta MidJourney han presentado propuestas para competir en este mercado emergente. La diferencia (por ahora) es que OpenAI combina la potencia técnica de Sora 2 con la envite social de su nueva aplicación, un movimiento que recuerda al propagación de ChatGPT en 2022: convertir un prototipo de laboratorio en un aberración cultural.
Para Sam Altman, CEO de OpenAI, Sora 2 representa un "momento ChatGPT para la creatividad": la facilidad de acontecer de una idea a un resultado en segundos
La gran intríngulis es si la multitud querrá acontecer tiempo creando y compartiendo vídeos de IA tanto como consumiéndolos. Si Sora logra integrarse en el día a día de los usuarios, podríamos estar frente a una nueva tendencia tan exitosa como la que supuso TikTok.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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