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El 11 de abril de 1970 la NASA lanzó la misión del Apolo 13 con destino a la Vidriera para realizar nuevamente un alunizaje. Pese a que no salió como se esperaba al tener que abortarla por una ruptura en el tanque de oxígeno del módulo de servicio, si que nos dejó una divertida historia con uno de sus astronautas: John Leonard Swigert y sus impuestos.
Todos podemos montar a pensar que los momentos en los que un cosmonauta está preparándose para subir a un cohete con el objetivo de ir al espacio son de mucha tensión. Pero Swigert tenía otro pensamiento en la cabecera que hizo que todos sus compañeros pasaran un rato muy divertido: no había presentado a tiempo los impuestos.
En Estados Unidos, la data máxima para presentar los impuestos es el 15 de abril, al igual que en España la confesión de la renta para enriquecer el IRPF culmina a finales del mes de julio, de guisa clásica. En este caso, Swigert parece que era una persona que apuraba los trámites hasta el final, llegando al punto que preciso la presentación de impuestos le iba a pillar fielmente fuera del planeta Tierra.


Para ser justos con este cosmonauta, en los planes iniciales del Apolo 13 no se le contaba internamente de la plantilla. Swigert estaba haciendo una sustitución de 'última hora' a otros miembros de la tripulación, Ken Mattingly, que días ayer se había expuesto al virus del sarampión. Para comprobar que la tripulación no se infectara se hizo este cambio con un marguen de 72 horas que hizo que Swigert pensara en todo menos en su confesión de impuestos.
En la transcripción oficial, que se puede consultar en la página web de la NASA, se puede apreciar esta gran preocupación por parte del cosmonauta. En concreto fue aproximadamente un día posteriormente de la cometido y ayer de que se diera el trágico incidente con su munición de oxígeno.
"¿Habéis completado vuestro impuesto sobre la renta?" Preguntaba Swigert, mientras el centro de control de la cometido no dudaba en reírse de esa pregunta. Pero para él no era un tema que tomarse a broma: "No es muy chistoso; las cosas sucedieron muy rápido allí debajo, y necesito una extensión" reafirmaba.

Las risas no paraban de darse con esta situación tan peculiar en la que los impuestos se había posicionado como una gran preocupación. Incluso se llegó a bromear de si esa confesión era importante para poder deber comprado el combustible que estaba portando el cohete.
La historia salió acertadamente. Pese a esta preocupación, se encontró un malogrado admitido. Pese a que el cosmonauta no se encontraba como tal en otro país extranjero para solicitar una ampliación de data, sí que estaba en el espacio extranjero. Este no se considera parte de Estados Unidos, por lo que se consiguió considerar al cosmonauta como un estadounidense fuera de su país preciso en estas fechas. Poco que le permitió conseguir finalmente una extensión en el suscripción de sus impuestos.
Imágenes | Brian McGowan WikiImages
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