no esperaba que me gustara tanto

La inteligencia químico ya está presente en nuestro día a día, tanto a través de planes gratuitos (aunque más limitados) como en planes de suscripción que ofrecen prestaciones superiores. En mi caso, he pasado varios meses utilizando ChatGPT Plus para consentir a los modelos más avanzados sin tantas restricciones. Sin retención, durante el posterior mes decidí darle una oportunidad a Gemini Pro a través de su prueba gratuita.

Y lo que encontré fue un coligado inesperado, especialmente gracias a la función ‘Deep Research’, que ha mejorado significativamente mi productividad tanto en el ámbito profesional como colegial. Tanto es así que, desde mi punto de apariencia, el reinado de ChatGPT Plus podría estar en peligro.

Obviamente, al dar una opinión entramos en el dominio de la subjetividad, y cada persona retraso cosas distintas de un servicio de inteligencia químico. Pero desde que las IAs generativas irrumpieron en nuestras rutinas, la comparación entre los gigantes OpenAI y Google ha sido constante. Y ahora, igualmente hay que tener muy en cuenta a DeepSeek, una IA emergente con características muy interesantes.

Deep Research: más que una simple búsqueda vitaminada

Con el plan de Gemini Pro, descubrí la función ‘Deep Research’, que no solo permite un uso más extenso que ChatGPT Plus, sino que igualmente ofrece un rendimiento sorprendente. Me ha resultado especialmente útil para afinar investigaciones en el trabajo y en el estudio, y ha sido un definitivo descubrimiento al analizar documentos PDF con gran precisión.

Poder subir documentos de cientos de páginas y pedirle que los analice, resuma los puntos esencia, amplíe información o incluso estructure los contenidos en tablas ha sido una experiencia reveladora. Esto contrasta notablemente con los resultados que obtuve con ChatGPT Plus, que tiende a ser más impreciso y menos eficaz en el observación de documentos o imágenes complejas.

En múltiples ocasiones, Gemini ha ofrecido observación más profundos y enseres, poco que ha sido esencia en tareas como la redacción de revisiones bibliográficas o trabajos académicos. Eso sí, como siempre, hay que tener cuidado: la IA puede inventarse fuentes o datos, así que es vitalista revisar todo lo que se utiliza. Este problema, por cierto, igualmente lo he vivido con ChatGPT.

En el modo 'conversación' no noto tanta diferencia

Mientras que en funciones como Deep Research sí he notado una clara preeminencia de Gemini, en el uso diario no hay tanta diferencia. De hecho, en muchas ocasiones prefiero las respuestas de ChatGPT. Para búsquedas rápidas, ideas creativas o explicaciones personalizadas, ambas IAs funcionan muy proporcionadamente y se complementan en distintos escenarios.

En mi caso, las utilizo para resolver dudas, ocasionar contenido, entender conceptos, o simplemente como una utensilio de diluvio de ideas. Ambas han integrado recientemente funciones visuales que permiten usar la cámara o capturas de pantalla, poco que me ha resultado sorprendentemente útil. Fielmente, he reparado un válvula siguiendo instrucciones paso a paso con la ayuda visual de la IA.

Todavía las uso para mejorar mis textos, con sugerencias ortográficas y gramaticales, aunque en ocasiones ambas se equivocan. Por eso, insisto: la IA es un copiloto, no una fuente de verdad absoluta.

Veredicto final: un nuevo imprescindible en mi atarazana de IA

En esquema, Gemini Pro ha sido un gran descubrimiento. No solo por su IA conversacional, sino por su integración con servicios como Gmail o Google Workspace, que le dan un valencia añadido frente a ChatGPT si ya usas esas herramientas en tu día a día.

Eso sí, lo que está claro es que ya no confío ciegamente en una sola IA. Mientras ayer veía a ChatGPT como la mejor opción sin discusión, ahora sé que las alternativas son muy potentes. Lo mismo me está ocurriendo con DeepSeek, que estoy empezando a explorar para exprimir todo su potencial.

Aún así, mi confianza en estas herramientas no es —ni debe ser— del 100%. Pero eso no quita que, proporcionadamente utilizadas, puedan convertirse en imprescindibles del día a día.

Imágenes | Jonathan Kemper

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