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Muchos son los estudios y especialistas en fortuna humanos que recomiendan insistentemente a las empresas conocer aceptablemente a sus empleados para adaptarse a lo que necesitan y no apurar perdiendo talento o no consiguiendo nombrar su atención. Teniendo en cuenta que la engendramiento Z es la que está entrando de atiborrado ahora en el mercado profesional, con nuevas normas, es importante conocer a la pubertad y adaptar los espacios a ellos.
No solo las dinámicas laborales pueden tener que cambiar. Incluso la forma de conformar las oficinas. Igual que con los abriles hemos pasado de oficinas cerradas y aisladas a espacios más abiertos para fomentar la colaboración del personal, hay otras partes de una oficina que pueden revisarse. Por ejemplo, los baños.

Pasamos muchas horas al día en la oficina, donde muchas veces todavía comemos y no es acomodaticio para todo el mundo usar baños públicos o WC donde se pueda coincidir con concurrencia ajena. No es poco exclusivo de los profesionales jóvenes aunque sí que un estudio nuevo advierte que hay trabajadores de la engendramiento Z que dejarían su trabajo si encuentran problemas en los baños.
Un estudio afirma que "ya sea por el ruido, el olor o el miedo a ser sorprendido en medio de un percance, el baño de la oficina puede ser un espacio angustioso. Para algunos trabajadores, la ansiedad es tan profunda que prefieren presentar su renuncia antaño que producirse vergüenza", según una sondeo realizada a 1.000 empleados en el Reino Unido y Estados Unidos.
Si hablamos de los más jóvenes en las empresas, el 83% de los empleados de la engendramiento Z han experimentado ansiedad en el baño y el 8% ha considerado dejar su trabajo oportuno a algún percance incómodo en el baño.

Lo que más pudor da a estos empleados encuestados es ir al baño y darse cuenta de que no hay papel; pero todavía que cualquiera pueda entrar y encontrarse con un mal olor o incluso algún desastre porque, por ejemplo, no funciona aceptablemente la esclavitud del wáter o está llena la papelera. Todavía a la concurrencia le da mucha vergüenza que les entre ganas de hacer mierda y que cualquiera entre al baño en ese instante o tener que hacerlos esperar.
Las mujeres todavía fueron un 24 % más propensas que los hombres a afirmar tener sentido esta ansiedad en el trabajo. Probablemente sea por la regla que es otro problema añadido a este respecto de asuntos que puedan dar vergüenza.

Para evitar ser juzgados, muchas son las personas que no van a ciertos baños por si cualquiera pudiera estar interiormente. Otros se aguantan: hasta el 16 % de los trabajadores estadounidenses afirma esperar a que terminen las reuniones, poco más del 12 % en el Reino Unido. Algunos intentan disimular por completo sus idas al baño, más del 30% dicen hacerlo.
Imagen | Foto de Austin en Unsplash
En Genbeta | Los trabajadores se han hartado de estar estresados. Ya no renuncian en masa, pero trabajan sin darlo todo por sus empresas
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