Muchos Gen Z están huyendo de las redes sociales tradicionales para conectarse a través de Discord, donde sienten que no son censurados

En un panorama digital dominado por gigantes como Instagram, Facebook, YouTube o TikTok, una parte significativa de la Gestación Z está buscando refugio en espacios menos convencionales. Y esta alternativa son plataformas como Discord que en un principio están pensadas para la comunicación entre gamers. 

A día de hoy las redes sociales están dominadas por un algoritmo que beneficia a la viralidad y que aporta mucha presión por la imagen pública. Pero en este caso, plataformas nacidas del ecosistema gamer como Discord, Roblox y Steam se están convirtiendo en los nuevos centros de interacción social para muchos jóvenes.

El cansancio. Tradicionalmente, las grandes redes sociales se han enfocado en elevar el contenido de forma pública, haciendo de ellas un armario ideal para la difusión de ideas, tendencias y la creación de una identidad digital cuidadosamente elegida. Poco que muchos creadores saben rendir para subirse al tren de la 'viralidad'. 

Sin bloqueo, esta misma exposición ha generado un hartazgo en muchos jóvenes, que se sienten constantemente bajo cómputo, presionados por perdurar una imagen perfecta y, en ocasiones, censurados por algoritmos que moderan el contenido de forma inconsistente o por políticas que consideran demasiado restrictivas.

Son muchas las ocasiones en las que se acento de 'Shadow ban'. Un concepto que se repite en diferentes redes sociales y que provoca que muchos creadores caigan drásticamente al no ser mostrados por el cálculo. Poco que suma más presión al uso de redes sociales. 

Las plataformas gaming. Discord, originalmente concebido para la comunicación entre jugadores, ha evolucionado hasta convertirse en un universo de servidores dedicados a todo tipo de intereses: desde grupos de estudio y clubes de lección hasta comunidades de fans de deportes o vecindarios. 

La secreto de su atractivo reside en la posibilidad de crear espacios privados y semi-privados donde los usuarios pueden interactuar con pseudo-identidades, lo que facilita una decano emancipación de expresión y una sensación de anonimato.

Sensación de emancipación. En estos entornos, los jóvenes sienten que pueden ser ellos mismos, compartir ideas sin el temor a la crítica masiva o a la "anulación" que a menudo acompaña a las plataformas públicas. La conversación fluye de guisa más informal y, para muchos, más significativa. 

La infraestructura de chat de voz y texto, anejo con la capacidad de crear roles y permisos interiormente de los servidores, fomenta comunidades más cohesionadas y un sentido de pertenencia más válido que en las redes sociales tradicionales.

Según Mariana Olaizola Rosenblat, asesora de políticas en tecnología y derecho en NYU Stern, estos espacios "se han convertido en los centros de discurso social donde ocurren interacciones auténticas, mientras que las aplicaciones convencionales persiguen la viralidad", tal y como recogió Axios. 

La moderación. Sin bloqueo, esta emancipación y anonimato tiene dos caras muy diferentes. La misma naturaleza cerrada de estas plataformas que las hace atractivas igualmente las convierte en un circunscripción fértil para la proliferación de contenido dañino y ofensivo. 

Grupos extremistas o individuos con intenciones maliciosas han antagónico en estos "rincones" de internet un refugio para organizarse y difundir ideas radicales, explotación o desinformación, precisamente porque son menos visibles para el notorio y, a menudo, para los propios moderadores.

Todo gracias al extra de anonimato que ofrecen estas herramientas detrás un pseudónimo y sin tener una exposición pública como ocurre en redes sociales como Instagram o X. 

La hemeroteca. Hay casos que respaldan el problema en la yerro de moderación. Discord por ejemplo, ha sido objeto de cómputo por su uso en la planificación de eventos como la marcha "Unite the Right" en Charlottesville en 2017, la confesión de un sospechoso de crimen o la ordenamiento de tiroteos masivos. 

Roblox, a pesar de estar dirigido para un notorio de niño, igualmente ha sido aviso por la presencia de pederastas que trataban de conseguir el contacto de los menores para poder explotarlos sexualmente. Y en el caso de las plataformas de transmisión como Twitch igualmente hemos llegado a ver tiroteos en directo. 

Pequeñas salas. La dificultad radica en que, a diferencia de las plataformas públicas, gran parte de estas conversaciones ocurren en "pequeñas salas de chat" que son inaccesibles para la mayoría de los investigadores y el notorio. Los usuarios, encima, aprovechan un argot concreto para ocultar ideas peligrosas, difuminando la serie entre el conjunto y la sinceridad.

¿Alternativa? Las plataformas aseguran volver en tecnologías de seguridad y equipos de moderación, pero la magnitud del contenido generado y la naturaleza de los "jergas" utilizadas hacen que la tarea de detectar y eliminar el contenido dañino sea como "inquirir una pizca en el océano". Porque detectar los términos secreto se hace aquí un mundo

Aunque es importante repetir que la mayoría de las conversaciones que se tienen en la plataforma son totalmente normales y constructivas, abarcando desde grupos donde los usuarios se juntan para arriesgar hasta foros sobre un complacencia global. No obstante, el aventura de radicalización y explotación es actual, lo que ha llegado a que estas plataformas comiencen a estar en el foco de la conversación como ocurre en Washington D.C, donde ya se ha pedido a los CEOs de Discord, Steam, Twitch y Reddit que testifiquen delante el Congreso sobre esta radicalización. 

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