Microsoft tendrá pronto uno de los mayores problemas de su historia con Windows 10. Y por eso ha cambiado sus actualizaciones

El problema que Microsoft tiene con Windows se ha hecho más evidente en los últimos dos primaveras. Y es que el coloso tecnológico se enfrenta a un desafío sin precedentes mientras su sistema activo más exitoso se acerca al fin de su vida útil, con millones de usuarios reticentes a portar aún a Windows 11.

Windows 10, el sistema activo arrojado en 2015, sigue siendo el más utilizado del mundo a pesar de que su vencimiento de caducidad oficial está a la reverso de la vértice. Con el fin del soporte programado para el 14 de octubre de 2025, la compañía ha tenido que tomar medidas extraordinarias delante la resistor de muchos usuarios a portar a Windows 11. Y es que a pesar de que esta resistor siempre ha existido entre versiones de este sistema activo, lo de Windows 10 sigue siendo impresionante.

Una transición mucho más lenta de lo esperado

Las cifras son contundentes. Según datos de StatCounter, a vencimiento de abril de 2025, Windows 10 mantenía una cuota de mercado de casi el 53%, mientras que Windows 11, tras varios primaveras desde su impulso, no ha acabado conquistar aún siquiera a la fracción de los usuarios de este sistema activo. Esta situación plantea un problema de seguridad en términos globales, ya que millones de ordenadores podrían citarse expuestos a vulnerabilidades sin parches de seguridad.

Delante este panorama, Microsoft ha tomado una valor que nunca antiguamente había hecho en su maniquí de negocio: por primera vez, ofrece a usuarios domésticos la posibilidad de extender el soporte de seguridad para Windows 10 mediante pago. Por 30 dólares, los usuarios particulares podrán sustentar sus equipos protegidos durante un año adicional, hasta octubre de 2026.

Esta medida, hace más palpable la alcance del problema. Hasta ahora, solo las empresas tenían paso a este tipo de soporte extendido, con tarifas mucho más elevadas que pueden alcanzar los 244 dólares por dispositivo en el tercer año de extensión.

Hay varios motivos tras esta lenta acogida de Windows 11, entre ellos los restrictivos requisitos mínimos de hardware que Microsoft impuso con el impulso de su nuevo sistema. La obligación de contar con un módulo TPM 2.0 y procesadores relativamente recientes ha dejado fuera de la modernización a millones de equipos perfectamente funcionales.

Windows 11 crece en cuota de usuarios, pero con signos de desaceleración y a un ritmo preocupante si el soporte oficial de Windows 10 termina en octubre de 2025

Mientras Microsoft insiste en exhortar la adquisición de ordenadores nuevos para obtener a Windows 11, muchos usuarios consideran que sus equipos actuales, aunque incompatibles con el nuevo sistema, siguen siendo más que suficientes para sus evacuación diarias. Para estos usuarios, retribuir 30 dólares por un año adicional de seguridad puede resultar mucho más atractivo que modificar cientos de euros en un equipo nuevo. Aunque además hay alternativas si no quieres tener lugar a Windows 11, como los parches gratuitos de 0patch o dar el paso a probar otros sistemas operativos como Linux.

Si el ritmo de crecimiento de Windows 11 se mantiene como hasta ahora, es probable que no supere a Windows 10 en cuota de mercado hasta mediados de 2026, muchos meses posteriormente del fin oficial del soporte. Esto contrasta notablemente con transiciones anteriores, como la de Windows 7 a Windows 10, que se completó en menos de tres primaveras.

La compañía ha intentado acelerar la migración mediante alertas cada vez más intrusivas en los equipos con Windows 10, recordando a los usuarios el inminente fin del soporte. Sin confiscación, estas tácticas no parecen estar teniendo el finalidad deseado, y la tasa de acogida ha mostrado incluso signos de desaceleración en los últimos meses.

Un futuro incierto para millones de usuarios

La valor de Microsoft de ofrecer soporte extendido mediante plazo es solo una posibilidad temporal. La compañía ha dejado claro que, por ahora, esta extensión será de solo un año para usuarios particulares, aunque no se descarta que pueda ampliarse si la situación lo requiere.

Mientras tanto, la empresa sigue promocionando las ventajas de Windows 11, destacando sus mejoras en seguridad, rendimiento y la integración con herramientas de inteligencia fabricado como Copilot. Sin confiscación, parece que Windows 10 se ha convertido en lo que fueron en su día Windows XP y Windows 7: sistemas tan sólidos y con características tan conocidas que los usuarios se resisten a dejarse llevar.

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