Mi cuenta de Gmail tiene 20 años, un nombre ridículo y apenas la uso, así que me he creado un alias

Que las cuentas de correo sean imprescindibles nos aboca a hacernos una cuanto antiguamente. Por otro costado son de gorra (aunque con limitaciones), así que lo mismo te haces una que siete. Pero si hay una cuenta de correo que memoria con cariño, esa es la de mi adolescencia, creada en Gmail haciendo un recreo de palabras con mi nombre. Podría ser peor: podría ser 'aupaathletic' o 'fernandoalonsodios' o apelar al clásico 'love69'.

A lo espléndido de los primaveras he ido cambiando de cuentas y en aras de ayudar todas a guión, incluso he borrado una cuenta de Google de cabo a rabo. Con esta decidí reenviar los mails a otra más formal y activa, pero sigue teniendo información importante y nunca he enemigo el día para sentarme, limpiarla completamente y configurar los servicios y cuentas asociadas a otro correo electrónico. Así que he hecho un apaño: crearme un mote.

Por cierto, la migración siquiera la consideré porque me parece una pesadilla en Gmail (en cuentas de Microsoft es congruo más sencillo, pero no es el caso). Le llamo apaño y no opción porque aunque no es mi objetivo principal: volcar todo lo importante en otra cuenta y olvidarme de esta, lo del mote sí que supone una opción que no conocía pero me parece de lo más interesante.

Eso sí, dista mucho de ser perfecta: si escribes un mail, va a seguir saliendo como remitente la dirección innovador. Lo bueno es que hay un par de soluciones para minimizar el daño: cambiar el nombre para que, con un poco de suerte, no lean la dirección, o directamente reponer desde la cuenta principal y no vergonzosa mencionando que es tu cuenta buena.

Qué es un mote en Gmail y para qué sirve

Un mote de Gmail permite cursar correos electrónicos cuando estás en  una dirección diferente, lo que viene perfectamente si tienes varias cuentas y algunas casi nada las usas pero no planeas deshacerse de ellas de momento, como es mi caso. No hacen descuido aplicaciones extra, sino que es poco que puede hacerse desde la propia configuración de la cuenta de Google.

Ojito que he dicho cursar emails desde otras cuentas, pero no recibirlos. Para eso toca configurar el reenvío que adelantaba en la intro. En el caso de Gmail, puede hacerse acudiendo a todos los ajustes de Google desde la lectura del ordenador y allí en 'Reenvío y correo POP/IMAP', tocar 'Añadir una dirección de reenvío', seguir los pasos para confirmar que tenemos comunicación a la otra cuenta y tras desempolvar, retornar nuevamente a ese apartado para nominar 'Reenviar una copia del correo entrante a' y confirmar los cambios. No quería complicarme, pero incluso es posible configurar filtros para que se reenvíen ciertos mensajes.

Entre una cosa y otra, he conseguido no perder mis emails y toda la información de mi vergonzosa cuenta de la adolescencia e incluso escribir un mail puntual de mi cuenta vergonzosa. Así, a la hora de reponer a un email, solo tengo que nominar de qué dirección quieres que proceda. El esquema sería tener una cuenta de Gmail para gestionarlas todas  (admite hasta 99 mote).

Tan importante como retener para qué sirve un mote es tener claro para qué no vale. Lo más importante es que no tiene emoción sobre la cuenta principal. Por ejemplo, si he comprado un recreo en Google Play Store desde la cuenta vergonzosa y quiero brincar en mi móvil Android, tendré que estar interiormente de esa cuenta para ello. Y lo mismo aplica para lo que hayamos guardado a lo espléndido de los primaveras en el ecosistema de aplicaciones de Google, como los mapas de Maps, los archivos de Drive o las fotos.

Estaría formidable que si una cuenta A y otra B de Google se conectan, las compras se compartiesen, pero no es el caso: no es total, solo atañe al correo de Gmail. Microsoft sí que lo permite, pero inexplicablemente Google no. Quién me iba a asegurar que aunque acertase descartando Hotmail por Gmail, décadas posteriormente me iba a encontrar con esta puñalada en la espalda. Dicho todo esto, el mote de Gmail es una magnífica opción para diligenciar el correo si tienes varias cuentas, aunque no sirva para una migración sin dramas.

Hechas las presentaciones, toca ponerse en marcha: crear el mote, poco que lleva menos de cinco minutos pero puede requerir hasta un día hasta que se hace efectivo. Abrimos Gmail en el ordenador con la cuenta desde la que queremos cursar mails (la no vergonzosa) y vamos a todos los ajustes para posteriormente entrar en 'Cuentas e importación'. Luego vamos a la sección de 'Expedir como' y tocamos en 'Añadir otra dirección de correo electrónico' y metemos la dirección, que habrá que comprobar desde la cuenta vergonzosa. Y ya está: la próxima vez que enviemos un email, podremos nominar el remitente en 'De'.

En Genbeta | Este trucazo te permite seguir usando tu correo electrónico de Gmail aunque te quedes sin espacio y de gorra

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