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Hasta hace muy poco, ilustrarse a programar era considerado casi un pasaporte protegido al éxito profesional en el mundo digital. Desde Silicon Valley hasta las escuelas de secundaria más avanzadas del planeta, la consigna era clara: "Todos deberían memorizar programar". Pero en 2025, esa novelística está siendo duramente cuestionada… por los mismos líderes que ayer la impulsaban.
Figuras como Mark Zuckerberg (Meta), Sam Altman (OpenAI), Jensen Huang (NVIDIA), Bill Gates (Microsoft), Thomas Dohmke (GitHub), y otros referentes del mundo tecnológico han expresado posturas contradictorias —y en algunos casos, radicalmente opuestas— sobre si es necesario que las nuevas generaciones aprendan a programar, o si, por el contrario, tal conocimiento será una reliquia innecesaria en la era de la IA.
Este artículo explora, en profundidad, este intenso debate. ¿Estamos frente a el final de la programación tal como la conocíamos? ¿O más adecuadamente estamos redefiniendo lo que significa "memorizar programar"?
Mark Zuckerberg ha sido claro: "Llegaremos a un punto en el que todo el código de nuestras aplicaciones será escrito por la IA, no por ingenieros humanos. Y esto probablemente ocurrirá en 2025".
Según el CEO de Meta, la automatización del trabajo de los desarrolladores de nivel medio no es una posibilidad futura, sino una sinceridad en proceso. Ya no se proxenetismo sólo de vencer eficiencia: es una revolución estructural que transformará el rol mismo del programador.
Y Zuckerberg no está solo. Dario Amodei, CEO de Anthropic, predice que "la IA escribirá el 90% del código en los próximos seis meses" y que en un año lo hará prácticamente todo.
A sus fanales, la tendencia es clara: la IA no solo sugiere líneas de código, sino que entiende diseños, construye aplicaciones y, cada vez más, toma decisiones técnicas ayer exclusivas de los humanos.
"Nadie debería ilustrarse a programar". -Jensen Huang (Nvidia)
Tal vez la afirmación más provocadora proviene de Jensen Huang, CEO de NVIDIA. En la Cumbre Mundial de Gobiernos, afirmó:
"Es casi exactamente lo contrario de lo que se ha dicho estos primaveras. Nuestro trabajo es crear tecnología informática que haga que nadie tenga que programar. El idioma de programación será el idioma humano. Todo el mundo es ahora un programador".
Esta visión elimina la exigencia de ilustrarse sintaxis, estructuras de control o lenguajes de programación específicos. Según él, el 'valía' ya no está en escribir código, sino en memorizar qué debe hacer ese código, para quién, y cómo integrarlo en el mundo efectivo.
Huang incluso afirma que, si tuviera que nominar hoy una carrera universitaria, estudiaría biología, no informática
La visión de Huang se alinea con la de Sam Altman, CEO de OpenAI, quien sostiene que los estudiantes deberían enfocarse en "dominar las herramientas de IA" del mismo modo que su procreación aprendió a programar. Para él, la astucia secreto del futuro no es la codificación per se, sino la 'metahabilidad de ilustrarse' y la adaptabilidad.
Altman va más allá al sugerir que los ingenieros de software serán cada vez más productivos con IA... hasta que llegue el momento en que simplemente necesitemos menos programadores.
No todos están de acuerdo con este diagnosis.
Thomas Dohmke, CEO de GitHub, sostiene firmemente que "cada peque debería ilustrarse a programar, como se enseña matemáticas o física". Para él, el código no es solo una útil profesional, sino una astucia fundamental para comprender el mundo digital que nos rodea.

Su argumento secreto es que la IA no sustituye la exigencia de entender cómo funciona el software. Puede ayudar, puede acelerar, pero no reemplaza el pensamiento crítico ni la comprensión del sistema.
En esa hilera, Bill Gates (él mismo un entusiasta de las capacidades de la IA) todavía ha advertido que ilustrarse a programar sigue siendo relevante: lo compara con ilustrarse a multiplicar, a pesar de que una calculadora lo hace más rápido.
"Si quieres entender cómo funciona la multiplicación, tienes que retozar con los números. Lo mismo con la IA: necesitas comprender sus fundamentos, aunque te ayude con tareas específicas".
Por su parte, Jared Friedman, de (Y Combinator), enarbola un argumento demoledor:
"Deberías seguir aprendiendo a programar porque ilustrarse a programar, fielmente, te hace más inteligente."
Guillermo Rauch, CEO de Vercel, ofrece una visión intermedia: afirma que muchas tareas de programación se están transformando en simples procesos de 'traducción' —de ideas o diseños a código— y que estas son las más susceptibles de ser automatizadas. Sin confiscación,
"Entender cómo funcionan las cosas por debajo del capó sigue siendo crucial".
Para Rauch, el conocimiento profundo de ciertos conceptos técnicos puede volverse menos necesario, pero el conocimiento simbólico y estructural (qué es CSS, qué es un layout, cómo interactúan los componentes) seguirá siendo secreto para dirigir correctamente a las IA y obtener los resultados deseados.
En este nuevo pauta, no todas las habilidades están en aventura. Las más mecánicas y repetitivas —como implementar un diseño en HTML y CSS, o configurar una API REST básica— ya pueden ser ejecutadas eficientemente por IA. Pero la comprensión de problemas, el diseño de productos, la experiencia de adjudicatario, y la ética de los sistemas automatizados... todavía necesitan de la intervención humana.

Amjad Masad, CEO de Replit, lo resume así: "Aprende a pensar, a descomponer problemas, a comunicarte con claridad. No aprendas código por el código".
"Entiendo toda la frustración. [...] Entre mi trabajo en proyectos de código franco, en Codecademy y Replit, he promovido el formación de programación más que nadie".
El debate sobre si "hay que ilustrarse a programar" ya no tiene una única respuesta: depende de qué entendamos por "programar" y de qué rol queremos retozar en un mundo automatizado
Aunque la IA está automatizando muchas tareas, hay poco que no puede automatizar (al menos por ahora): la intuición humana, la creatividad y el litigio ético: la IA puede escribir código, pero aún necesita humanos que le digan qué construir, por qué y para quién.
Por eso, muchos líderes coinciden en que ilustrarse a programar puede seguir siendo valioso como parte del proceso de pensamiento estructurado y creativo, incluso si la longevo parte del código final deja de producirse por trabajo humano.
Tal vez, entonces, no se trate de dejar de programar, sino de ilustrarse a pensar como un ingeniero... sin exigencia de escribir una sola hilera de código. De modo que los consejos para quienes comienzan hoy su carrera en tecnología incluyen:
Imagen | Marcos Merino mediante IA
En Genbeta | El 'vibe coding' está revolucionando la programación. Y todavía haciendo destrozos muy grandes en el código
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