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Pese a que Microsoft cuenta con numerosos directores y vicepresidentes, Satya Nadella ha "pedido a Judson Althoff que asuma un papel más amplio como CEO del negocio comercial", según comunicó la compañía hace unos días.
Althoff ya era la comienzo visible de ventas, pero ahora pasa a ser co-CEO de la compañía, porque Satya necesita poner más enfoque en lo que la compañía cree que es el futuro presente: la inteligencia industrial. Como recoge Fortune, no es la única compañía que ha pasado recientemente por un proceso similar.
Más allá de la carga gremial. Lo primero que provoca la privación de un cambio en los puestos de liderazgo es la carga de trabajo: cada vez hay que sacar delante buenos resultados en más áreas, y hay aspectos que se acaban descuidando (se recurra o no a formatos como el distinguido 996 de China). Pero no es lo único que marca la privación de un liderato compartido.
Contar con apoyo reduce el estrés y la presión, encima de que ofrece un respiro al agotamiento de los CEO, pero hay más. Con la arribada de ayuda, incluso llegan al liderazgo complementos en habilidades y visión. Un ejemplo claro de esto se dio en la primera Apple. Aunque Wozniak nunca fue CEO, su aspecto técnico ofreció a Jobs, el auténtico líder, la posibilidad de padecer a lengua la visión que tenía del futuro en los inicios de la informática.
Todavía se puede ser un fantasioso pero querer ayuda con la logística del negocio, que es precisamente por lo que el propio Jobs recurrió a John Sculley, tras su exitoso pasado en PepsiCo. Aquello, como es ampliamente conocido, no acabó bien.

Otras ventajas. Encima de la complementariedad en habilidades, el liderazgo compartido incluso aporta heterogeneidad de perspectivas sobre una cuestión o enfoque concreto, e incluso aporta ventajas competitivos en un mundo de trabajo híbrido. Un buen ejemplo que comparte Fortune es el de AlixPartners, cuyos CEOs, David Garfield y Rob Hornby, trabajan en dos husos horarios muy distintos (Estados Unidos y Reino Unido). Lo que podría ser manido como una desventaja operativa lo usan como fortaleza: casi siempre hay cualquiera habitable para tomar decisiones importantes.
Ejemplos donde va ganando el nuevo prototipo. Hemos repasado el caso de Microsoft o el de AlixPartners, pero hay muchas más empresas donde se están dando procesos de coliderazgo, como recoge el New York Times. Por ejemplo, en Spotify, donde Daniel Ek, fundador de la compañía, ha célebre no uno, sino dos sucesores. Lo mismo ocurre con Clay Magouyrk y Mike Sicilia en Oracle como sucesores de Safra Catz. Otros casos son los de Comcast, Cowen Partners o Egon Zehnder.
Imagen | Generada con IA
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