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En los últimos primaveras, el mercado profesional ha entrado en una etapa de transformación acelerada donde la inteligencia industrial (IA), la automatización y la digitalización están redefiniendo qué significa estar preparado para trabajar. En este contexto, la Engendramiento Z se enfrenta a un pared inesperado: el 92 % de los reclutadores considera que no están listos para el mundo profesional.
Allá de ser un problema de títulos o de formación académica, el diagnosis revela un problema más profundo: una brecha entre las competencias que enseñan las universidades y las que demandan las empresas.
La 'tormenta perfecta' que hoy azota a la Engendramiento Z no es sólo un engendro coyuntural, sino una señal de ajuste histórico: las universidades deberán reinventarse, los jóvenes educarse a hacerse equivaler más allá de sus títulos, y las empresas dejar de cronometrar talento con reglas del siglo pasado.
Durante décadas, el título universitario fue el pasaporte al éxito profesional. Sin incautación, la saturación de graduados y la aparición de tecnologías capaces de admitir tareas rutinarias han erosionado su valía. El informe 2025-2026 de Criteria muestra que el 74 % de los responsables de contratación asegura tener dificultades para encontrar candidatos con las habilidades adecuadas.
Paradójicamente, esas habilidades son las llamadas 'blandas' o transversales: comunicación efectiva, resolución de problemas, adaptabilidad, pensamiento analítico y, sobre todo, inteligencia emocional.
Los reclutadores coinciden en que los jóvenes llegan a las entrevistas con currículos impecables y másters de prestigio, pero sin la capacidad de trabajar en equipo, de reaccionar delante la frustración o de tomar decisiones autónomas.
Josh Millet, CEO de Criteria Corp, define la situación como una "tormenta perfecta" que combina tres factores principales:
De acuerdo con los datos del mensaje, solo el 8 % de los reclutadores cree que la Gen Z está plenamente preparada para trabajar, y la fracción considera que debe reclutarse de forma distinta a generaciones anteriores.
El auge de la IA ha tenido un impacto paradójico. Por un costado, ha automatizado procesos de selección, filtrando miles de currículos y haciendo más “eficientes” las contrataciones. Por otro, ha incrementado la dificultad para diferenciar candidatos auténticamente valiosos, ya que la IA permite a cualquiera difundir currículos y cartas de motivación impecables en cuestión de segundos.
El mensaje muestra un panorama contradictorio: 49 % de los reclutadores afirma que contratar hoy es más difícil que antaño, pese a que hay más solicitantes que nunca. Este exceso de candidatos genera un impacto de ruido: miles de currículos similares, optimizados por IA, compitiendo por pocos puestos de entrada.
Las industrias más afectadas son la tecnológica, la sanitaria y la manufacturera, que declaran estar delante una situación de "escasez de talento" a pesar de los altos niveles de desempleo jovial.

Así, el mercado profesional se convierte en un engranaje de espejos:
La Engendramiento Z no es homogénea, pero comparte una hazañas profesional marcada por la inestabilidad: crecieron en plena crisis financiera de 2008, iniciaron su vida adulta en medio de una pandemia, y ahora debutan en un mercado donde la IA redefine la noticia de trabajo.
El resultado es una mentalidad que oscila entre la pretensión silenciosa y el minimalismo profesional (cumplir exclusivamente con lo contratado, sin someterse a sobrecarga emocional ni horaria por perseguir ascensos). Esta talante, allí de ser chucha, es una logística de supervivencia delante la precariedad y el 'burnout' generalizado.
Es por eso que el 50 % de los responsables de contratación afirma que hay que alistar a la Engendramiento Z de forma distinta. No solo porque sus hábitos y títulos son diferentes, sino porque buscan sentido, propósito y bienestar antaño que estabilidad económica. Las estrategias más efectivas incluyen:
Las compañías que entiendan esto no solo atraerán mejor talento mancebo, sino que construirán las bases de la fuerza profesional del futuro.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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