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En el tablero de ajedrez de la inteligencia industrial, Google tiene algunas de las piezas más relevantes: posee potencia computacional, larga experiencia en el campo del machine learning y, según muchos expertos, la mejor IA del mercado coetáneo. Sin confiscación, en la partida del impacto mediático, es OpenAI quien hace peligro mate una y otra vez.
Mientras Google bichero herramientas sofisticadas como Gemini 2.5 Pro, OpenAI se lleva los titulares con una nueva función sólo porque genera imágenes al estilo Studio Ghibli. ¿Por qué la empresa que ayudó a dar forma al campo de la inteligencia industrial se queda sistemáticamente fuera de los focos en valenza de OpenAI?
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Recientemente, Google presentó Gemini 2.5 Pro, una IA que, según los principales bechmarks del sector, supera en capacidades a GPT-4. Gemini maneja razonamiento complicado, procesamiento multimodal y tareas avanzadas de programación con una solidez impresionante:
En común, los usuarios técnicos lo describen como más preciso, menos propenso a alucinaciones y más apto en entornos profesionales.
Y aun así, casi nada hizo ruido fuera de círculos especializados: el anuncio de que Gemini 2.5 Pro estaría apto gratis para los usuarios de Google One AI Premium pasó casi desapercibido, eclipsado por otro anuncio que se realizó pocas horas posteriormente: el extensión del nuevo magneto de imágenes de ChatGPT, que desencadenó la ya mencionada avalancha de imágenes 'estilo Ghibli' que rápidamente se convirtió en 'trending topic' mundial.
En cuestión de horas, las redes sociales se llenaron de prompts creativos y vídeos de TikTok con reacciones de asombro: el cálculo de la viralidad volvió a divinizar a OpenAI.
Y no es un caso apartado: en febrero del año pasado, OpenAI dejó al mundo estupefacto con la presentación de Sora, su magneto de vídeo capaz de crear clips hiperrealistas a partir de texto. Poco posteriormente, Google lanzaba silenciosamente Veo2, que ofrecía resultados espectaculares, pero ya sin el fulgor de espectacularidad cinematográfica que acompañó a Sora.
La diferencia no está necesariamente en la calidad del producto, sino en la novelística, que OpenAI está sabiendo administrar como nadie. OpenAI se ha convertido en el Apple de la inteligencia industrial: cada nuevo extensión es un evento, cada demo toda una experiencia...
...incluso cuando esa experiencia no es más que humo (Sora tardó varios meses en salir al mercado tras su presentación, y para cuando finalmente lo hizo ya había sido superado por sus rivales).
Google lanzó hace un tiempo NotebookLM, una utensilio que ha sido capaz de vislumbrar la atención de los expertos del sector, incluido Andrej Karpathy, (cofundador de OpenAI y exdirector de IA en Tesla. NotebookLM) tras incorporar hace unos meses la función 'Audio Overview', que transforma documentos y textos en podcasts generados por IA.
Estas producciones simulan conversaciones naturales entre locutores artificiales, ofreciendo una experiencia de audio que muchos ven potencialmente revolucionaria a la hora de consumir información. A diferencia de otras IAs que pueden difundir contenido incorrecto al extraer información de bases de datos generales, NotebookLM trabaja exclusivamente con la información proporcionada por el heredero, asegurando contenido basado en datos fiables.
Imagen promocional de NotebookLM (por Google)
Aunque el propio Karpathy ha llegado a comparar el impacto de esta utensilio con el de ChatGPT en sus inicios (sugiriendo que podría marcar un hito similar en la industria de la IA), el hecho de no proceder de la 'comercio OpenAI' parece suceder terminado reduciendo todavía dicho impacto.
La ironía es que muchas de las innovaciones que hicieron posibles estos avances surgieron, en gran parte, de laboratorios de Google: los transformer, por ejemplo, hoy forman la columna vertebral de los grandes modelos de estilo. Pero OpenAI ha sabido construir una marca, dotarse de una comunidad amplia y activa, y establecer una relación simbiótica con los medios y las redes sociales.
Google aún tiene beneficio para revertir la tendencia, pero necesita cambiar su enfoque: Gemini no puede seguir siendo una "IA de oficina" si quiere competir en el corazón y la imaginación del divulgado.
Por ahora, la compañía de la gran 'G' ya ha decidido limitar la publicación de sus avances científicos en materia de IA, para que no sea su inversión en I+D la que proporcione armas a su propia competencia.
Imagen | Marcos Merino mediante IA
En Genbeta | OpenAI acaba de editar su armamento definitiva para tratar de finalizar con el poder de Google en búsquedas. Ahora sí que va en serio
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