La 'mirada en blanco', esa reacción de la Gen Z que sus mayores no entienden, y cómo les afecta laboralmente

Los choques generacionales suelen manifestarse en cosas pequeñas, como el uso que se le da a los emojis, o la preferencia por dialogar por teléfono o vía texto. Pero la nueva frontera en conflicto entre millennials (y generaciones previas) y la Gen Z tiene que ver con los gestos faciales. O más correctamente, con la desaparición de los mismos.

Hablamos de esa ojeada fija, inexpresiva, entre el desconcierto y la ironía, que circula en vídeos virales de TikTok bajo el nombre de 'Gen Z stare' —o, como hemos traducido autónomamente, la ojeada en blanco de la Gestación Z— y se ha convertido en el nuevo símbolo de incomprensión entre generaciones.

Se puede considerar poco más que una moda pasajera de Internet, pero todavía desvela una brecha en la forma en que los jóvenes comunican, interpretan y enfrentan sus interacciones sociales.

Qué es la 'ojeada en blanco' de la Gen Z

El engendro surgió en TikTok, donde usuarios de veintitantos primaveras comenzaron a grabarse en situaciones cotidianas —en el trabajo, con clientes o familiares— respondiendo a frases triviales con una ojeada vacía: sólo una pausa incómoda sin palabras.

Algunos interpretan el aspecto como una reacción frente a lo insensato, una especie de humor seco o defensa pasiva frente a lo que consideran situaciones ridículas; un “¿en serio?” sin falta de palabras. Otros, sobre todo los mayores, lo leen como apatía o descuido de habilidades sociales.

Una diferencia generacional más profunda

El aspecto no es nuevo: cada vivientes ha tenido sus propios códigos (verbales o no) que los mayores consideraron desafiantes o maleducados. Desde la Gestación Z defienden que, al ocurrir crecido comunicándose mediante pantallas, silencios, memes y microgestos, para ellos una (in)expresión facial puede condensar ironía, cansancio y humor al mismo tiempo.

Mientras que, en cambio, para generaciones formadas en la comunicación verbal y directa, esa descuido de reacción se percibiría meramente como descuido de respeto o desinterés. 

Así, no es que la la Gen Z evite comunicarse; simplemente lo hace con otros códigos: mientras los mayores esperan respuestas verbales, ellos usan expresiones mínimas para transmitir significados complejos que su clase entiende perfectamente.

Miembros de las citadas generaciones previas, sin retención, alegan que hace tiempo que 'elevar la ceja' se considera una forma de transmitir todo lo que la Gen Z pretende condensar con su 'ojeada en blanco', y sin falta ni de acogerse necesariamente a la comunicación verbal, ni de que parezca que te has quedado 'colgado'.

[Imagen de Marcos Merino mediante IA]

Cuando las miradas llegan a la oficina

El conflicto se vuelve más visible en el entorno profesional. A medida que la Gestación Z entra en oficinas, comercios y espacios corporativos, sus modos de comunicación —más visuales, y a veces irónicos— chocan con las expectativas tradicionales.

Los empleadores describen a veces a estos jóvenes como 'difíciles de percibir'. En entrevistas o reuniones, su ojeada objetivo puede confundirse con desinterés. Sin retención, los propios jóvenes sostienen que no están desconectados, sino que prefieren evitar la sobreactuación o el entusiasmo fabricado.

Según un estudio del Northeastern General News, los jóvenes valoran más la autenticidad emocional que la cordialidad cibernética. Prefieren parecer honestamente confundidos antaño que fingir entusiasmo.

Esto puede chocar con ambientes laborales donde se demora 'energía positiva' constante. Pero, la 'ojeada en blanco' puede ser una forma de procesar estímulos o nutrir la compostura en contextos de suspensión estrés.

En sumario, el malentendido es mutuo. Mientras que los pre-Gen Z una ojeada vacía puede parecer desafío o desinterés, para esta nueva vivientes, el entusiasmo verbal o las bromas formales de sus predecesores son vistos (y no siempre de forma competición) falsos o condescendientes.

Vía | New York Times

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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