la incertidumbre que trae la inteligencia artificial

Designar carrera es una tarea complicado, pero en 2025 hay un coeficiente que lo complica más: la incertidumbre. El mensaje La empleabilidad de los jóvenes en España 2025, publicado por la Fundación CYD, lo confirma: Informática, Vitalidad e Ingeniería siguen siendo los itinerarios con mejores perspectivas laborales cuatro primaveras posteriormente de terminar los estudios. Sin retención, el contexto importa, y hay matices relevantes.

Según el estudio, el 75,9% de los graduados del curso 2018-2019 está afiliado actualmente a la Seguridad Social. Con antelación, parece buen nota. De ellos, el 72,4% tiene un arreglo indefinido y la colchoneta de cotización media roza los 31.000 euros. Igualmente destaca que el 80% trabaja a etapa completa, un indicador de estabilidad que no siempre ha acompañado al empleo damisela en España.

Resultados heterogéneos. Las universidades privadas al principio logran más graduados con contratos indefinidos, pero esa superioridad se diluye a los cuatro primaveras, donde las públicas las superan levemente en estabilidad. El mensaje evita profundizar en las causas, pero puede deberse tanto al tipo de titulaciones que ofrece cada institución como al perfil socioeconómico del alumnado.

Informática lidera, pero. Informática vuelve a situarse como la carrera con mejor inserción: un 89,4% de afiliación, y poco todavía más destacable: 93,8% de contratos indefinidos. Es la reina en estabilidad gremial, pero hay un matiz: informática es asimismo uno de los campos más expuestos a la automatización causada por la IA.

En el mensaje se menciona de pasada, pero es poco interesante a tener en cuenta por parte de quien inicie ahora los estudios. El mensaje recuerda que en ocho primaveras el panorama puede ser radicalmente desigual. Y más con lo que está aconteciendo en inteligencia fabricado. Igualmente se recuerda el impacto de los despidos en grandes tecnológicas estadounidenses, donde Ingeniería y áreas técnicas han pagado las consecuencias de la sobrecontratación en los primaveras de la pandemia.

En el sector váter hay salarios. Y mucha precariedad. En Medicina se da un gran paradoja: es la carrera con veterano inserción gremial (94%) y mejores salarios (41.839 euros de colchoneta de cotización), pero solo un 2% de sus egresados cuenta con arreglo indefinido a los cuatro primaveras. La estabilidad brilla por su abandono. Aun así, es un campo muy favorito por los jóvenes, y entre los motivos está cómo resistirá (de momento) a la IA.

Es un nota atractivo en un país que afronta un envejecimiento acelerado y una creciente demanda de profesionales sanitarios. La precariedad del sistema conocido y la dependencia de contratos temporales sigue sin opción.

Humanidades y parte del sector educativo, las grandes perjudicadas. En el extremo opuesto se sitúan las ramas de Arte y Humanidades, con casi nada un 63,5% de afiliación y salarios medios de 27.185 euros. Educación y Servicios siquiera superan el 80% de inserción. El mensaje recuerda la idiosincrasia de nuestro mercado gremial: se penalizan formaciones esenciales para la sociedad, aunque no generen retornos económicos inmediatos.

Mejoras y transformación. Los datos muestran una prosperidad común en el empleo indefinido (diez puntos más que en 2024), es afirmar, que la reforma gremial continúa funcionando proporcionadamente. Pero asimismo reflejan un mercado gremial en plena transformación. La IA y el envejecimiento de la población alterarán la demanda de profesionales mucho antaño de que quienes hoy eligen carrera terminen sus estudios.

Imagen | Marvin Meyer en Unsplash

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