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El evento de lucha Dogfight Wild Tournament 3 se presentó como uno de los más salvajes que se ha hecho en los últimos primaveras por parte del influencer Jordi Wild. Pero este no ha estado exento de problemas, que más allá del contenido del evento con alguno inconveniente, además ha tenido como protagonista los problemas económicos.
En esta ocasión Jordi Wild quiso hacer un evento positivamente arribista para poder superarse con lo que hizo en los primaveras anteriores. Para ello se basó en Gladiator II para tener distraer un auténtico coliseo romano donde los luchadores se enfrentaran. Y sin duda consiguió el objetivo de solaz con combates positivamente agresivos.
Pero como decimos, no todo ha sido bueno. Un evento de este calado, como ya ocurre con La Velada del Año de Ibai, no es mínimo ganga. En el último episodio de The Wild Project, Jordi Wild ha querido hacer un cómputo del resultado del evento donde ha destacado los aspectos que no le terminaron de convencer.
Para Jordi los combates que organizó en coches tuvieron demasiado tiempo asignado, ya que pensaba que "5 minutos es demasiado" y ha pasado claramente que este era un combate muy bueno para el streaming. Pero para la gentío que estaba en el estadio no era demasiado divertido.
En los combates multitudinarios además encontró problemas. Una gran descoordinación o no respetar las órdenes del árbitro hizo que dijera que "si no hubiera estado en directo, les hubiera tumbado una bronca a todos". Al final lo que se vió aquí fueron muchos empujones, pero poca pelea de calidad.
Pero uno de los problemas más graves pone en aventura la continuidad de este evento para los próximos primaveras. Según Jordi Wild este torneo de pelea no es para mínimo rentable, categorizándolo como 'una ruina económica'. Lógicamente un evento de este calibre no es para mínimo ganga, en cocnreto el coste alcanzó los 800.000 euros.
El problema llega cuando solo pudo producir 400.000 euros aproximadamente de esta inversión original. Un pasivo sin duda importante que se debe a todos los gastos a los que hay que hacer frente: sufragar el IVA de la entrada, sufragar el estadio, la web que vende las entradas, gastos de los participantes...
La error de patrocinadores sin duda es el veterano problema que puede tener Jordi Wild. Es por ello que cree firmemente que "Este es el postrero Dogfight si no consigo que el próximo sea como insignificante rentable o me quede sin perder. No quiero percibir pasta, pero siquiera puedo perder". De esta forma, puede que los siguientes eventos no sea de este calibre o incluso que ni se vuelva a repetir si se prevé este pasivo crematístico.
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