
ARTDEPARTMENT

Cuando decidí dejar antes Microsoft Office hace unos meses, pensé que LibreOffice sería mi destino definitivo. Y lo cierto es que lo sigue siendo, pero hace poco incluso estuve probando una alternativa que, de momento, me está sorprendiendo gratamente: OnlyOffice.
Debo acoger que cada vez me convence más por una serie de factores que no puedo ignorar, entre ellos la compatibilidad con documentos de Microsoft Office. Bajo estas líneas te historia todo lo que necesitas aprender de esta suite de ofimática gratuita.
Mi brinco de Office a LibreOffice fue casi preciso. Estaba harto de las suscripciones de Office 365, de funciones que no utilizaba y de comprobar que Microsoft me tenía amarrado a su ecosistema. LibreOffice llegó como un soplo de tonada fresco: completamente sin cargo, de código destapado, mudable y preparado para todo lo que necesito.


Tienes Writer para textos, Calc para hojas de cálculo, Impress para presentaciones y con eso ya te puedes dar un canto en los dientes. Por otra parte, la suite cuenta con funciones avanzadas: macros, extensiones, formatos de exportación múltiples. Para cualquiera que sondeo independizarse de las garras de Office, es prácticamente valentísimo.
No obstante, hay poco que todavía le pesa a LibreOffice y es la compatibilidad con documentos de Office. No es que sea mala, ya que cualquier documento en formato docx o xlsx lo podía editar sin problemas. Pero para archivos más elaborados y complejos, siempre hay nociones que no se ven igual. Las fuentes se movían sutilmente, los márgenes cambiaban…


En LibreOffice podemos configurar las herramientas de tal guisa que los documentos permanezcan prácticamente igual, pero entonces descubrí una suite de ofimática incluso gratuita que eso ya lo hace de pulvínulo y que resulta muy cómoda de usar.
Desde el primer momento que abrí OnlyOffice pude notar la diferencia. La interfaz me resultó franco, pero lo que en realidad me encandiló fue desplegar un documento de Word o de Excel y se viese exactamente igual que en las versiones de Office.


La compatibilidad es brutalmente buena. Probando con todo tipo de documentos, me ha llamado especialmente la atención que OnlyOffice los reproduzca de guisa idéntica. Lo mismo pasa con las hojas de cálculo: las fórmulas funcionan como esperaba, los gráficos mantienen su aspecto y no tengo que preocuparme por si otra persona vea poco desigual.
Esta compatibilidad no es casualidad. OnlyOffice está diseñado específicamente para trabajar con formatos de Microsoft Office, y se nota en cada detalle. Por otra parte, otro aspecto de diseño acertado es que tanto el procesador de textos, como su hoja de cálculos y presentaciones corresponden a una misma interfaz, por lo que a través de las pestañas de la misma aplicación podemos tener un documento de texto o una hoja de cálculo a la vez, sin tener que cambiar de aplicación.
Por otra parte de la lectura de escritorio gratuita, incluso puedes montarte tu propio servidor para acumular y tramitar documentos. Es poco así como tener tu propio Google Drive, pero en tu casa o en tu empresa.

Para cualquiera que valore contar con un servidor propio, privado y seguro, esto es oro puro. Puedes instalar OnlyOffice en tu propio servidor, incluso en una Raspberry Pi si quieres poco nuclear para salir del paso en casa y tener golpe a tus documentos desde cualquier oficio sin necesitar de servicios en la nimbo de terceros. Para un negocio pequeño, las posibilidades son enormes: colaboración en tiempo vivo, control total de los datos y cero dependencia de subscripciones externas.
A pesar de que LibreOffice es excelente, la experiencia que me ha brindado OnlyOffice no la puedo ignorar. Muy posiblemente se acabe convirtiendo en mi próxima útil de ofimática predeterminada.
En Genbeta | 15 increíbles trucos de Excel para hacer en segundos las tareas más repetitivas
Compartir este artículo
Consultoria Personalizada
¡Si aun no tienes presencia en internet o
necesitas ayuda con tus proyectos, por favor, escribenos!