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Desde hace algún tiempo, en IEBS observamos con preocupación el futuro del trabajo. Mientras que desde Singularity University, Linkedin o Microsoft nos presentan un futuro utópico en el que las máquinas resolverán todos nuestros problemas, la verdad es menos ideal: la automatización amenaza millones de empleos y la estabilidad social y económica entero.
Ya en 2022 anticipamos estos efectos, y hoy más que nunca creemos que debemos concienciar sobre el serio problema al que nos enfrentamos. A diferencia de revoluciones anteriores, en las que la destrucción abrió la puerta a nuevas industrias y empleos, la era de la IA no garantiza que los trabajos creados puedan compensar la magnitud de los destruidos.


En revoluciones pasadas, como la industrial, la desaparición de ciertos empleos fue contrarrestada por el surgimiento de nuevas oportunidades. Las fábricas desplazaron a los artesanos, pero generaron millones de trabajos en la producción industrial. La revolución informática hizo poco similar con la creación de empleos en tecnología y servicios digitales.
Sin retención, el avance de la IA plantea un proscenio completamente diferente. Las máquinas no solo reemplazan tareas rutinarias o repetitivas; ahora desempeñan funciones cognitivas complejas, como la resolución de problemas, el prospección de datos o incluso la creatividad. Esto implica que muchas profesiones consideradas «intocables» todavía están en aventura: desde diagnósticos médicos hasta el diseño arquitectónico o la gestación de contenidos.
Un estudio nuevo de Goldman Sachs estima que hasta 300 millones de empleos en Europa y Estados Unidos podrían ser automatizados en la próxima división. Esto no solo plantea un desafío técnico, sino que todavía amenaza con profundizar la desigualdad social al dejar a millones de personas sin oportunidades laborales en sectores emergentes.
Un ejemplo claro de este impacto es la nuevo huelga de estibadores en EEUU. Miles de trabajadores en los principales puertos del país paralizaron las operaciones para protestar contra la automatización de sus funciones y exigir mejores condiciones laborales.
Este conflicto es un refleja de lo que podría suceder en otros sectores si no se toman medidas inmediatas para equilibrar los beneficios de la tecnología con el bienestar de las personas.
Es urgente replantear cómo funciona nuestra pertenencias y cómo nos preparamos para el futuro. En IEBS creemos que, aunque no tenemos todas las respuestas, es posible llevar a cabo con presteza y atrevimiento si trabajamos en dos pilares fundamentales:
Reflexionar y llevar a cabo es el primer paso para construir un futuro más inclusivo, donde la tecnología sea una aparejo para mejorar nuestras vidas, no para reemplazarnos.
Desde IEBS creemos que es crucial destapar este debate y escuchar todas las perspectivas. El futuro del trabajo no está escrito, pero una cosa es segura: hacen descuido grandes cambios, y solo con líderes preparados y valientes podremos hacerles frente.
Te invitamos al debate:
Reflexionar juntos es el primer paso para construir un futuro más sostenible. Únete al debate.
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