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Pongo la mano en el fuego y no me quemo si digo que tienes más cuentas y más contraseñas de las que eres capaz de rememorar y, o tienes un buen gerente de contraseñas y cuentas o usas trucos para suscitar contraseñas robustas pero fáciles de rememorar. Porque sí, hay servicios como Twitter, Instagram, mi porción o Zalando que uso con frecuencia, pero otros a las que rara vez entro. O entro un día de forma puntual pero sé que no lo usaré más.
Desgraciadamente, se ha puesto de moda que tengas que crearte una cuenta para casi todo: desde comprar hasta incluso ojear una web. Y no es tan dócil como inventarse los datos, porque lo natural es que requieran una demostración que consiste en enviarte un mensaje al correo electrónico o al móvil. Pero si das tu correo o tu teléfono, tarde o temprano te acaban llenando el orificio con mensajes que no te interesan. Y no es solo que te llenen el correo, es que cuantas más veces das tus datos personales por internet, más peligro corres delante potenciales ataques.
Hecha la ley, hecha la trampa: estas son las herramientas que uso para crearme una cuenta en webs, apps y servicios que no volveré a usar sin tener que dar mis datos. Insisto, solo es para esos servicios puntuales, no para Netflix o para crearte una cuenta en Bluesky o Facebook, ya que en algunos servicios tienen en sus condiciones de uso cláusulas contra esta habilidad.
Es cuestión de sentido popular designar el servicio candidato valentísimo para ejecutar esta habilidad y pensar si verdaderamente necesita todos esos datos. Un ejemplo: si te haces cuenta en Bluesky y planeas usarlo, sí que tiene sentido usar tu correo o número de móvil para poder trasladar la cuenta, para ajustes, entre otras cosas. Por otro flanco, si el servicio en cuestión descubre que la cuenta es falsa y está en sus condiciones de uso, te quedarías sin ella. Pero si solo quieres ojear un artículo o entrar en un foro, no tiene mucho sentido que te pidan tu código postal, pero en una tienda online donde van a enviarte un pedido sí.
La aparejo que uso para crear correos electrónicos temporales es Temp-Mail y confieso llevo primaveras empleándola para que Zalando me de un código de 10% de descuento con el primer pedido o para hacer uso de periodos de prueba de servicios en streaming.
Me gusta porque adicionalmente de funcionar perfectamente, es de lo más intuitiva: Puntada con entrar para que te genere una que puedes copiar y pegar y en cuya parte inferior dispone de una bandeja de entrada temporal donde poder confirmar el proceso de creación de cuenta. Y puedo borrarla al instante o suscitar otra cuenta simplemente dándole a refrescar. No obstante, igualmente hay otras que funcionan de forma similar como Tempail, Tempmail o email on deck, aunque estas dos últimas están en inglés.
Para admitir SMS de moral igualmente alternativas, aunque aquí la cosa se complica: hay webs que tienen números de cuota y otros que no están disponibles para usar en España. Según mi experiencia la que mejor funciona es Receive-SMSS. No tiene la interfaz más bonita del mundo y los mensajes que llegan están a la paisaje de cualquiera que esté usando el mismo número para lo mismo: la idea es designar uno de los números inactivos disponibles de tu país y quedarte en esa página, que has de ir refrescando.
Posteriormente, copias y pegas el número en el servicio y quedas a la aplazamiento de la respuesta, que estará entre los mensajes que van llegando (hay que ir actualizando). Eso sí, esos mensajes quedan en despejado, por lo que puede verlo otras personas. Por eso hay que tener cuidado en para qué lo usamos. En mi caso, como ya avisaba más en lo alto, para esos registros en webs de uso puntual donde no se envíe información personal.
Hay otras herramientas que hasta permiten suscitar identidades por completo con todos sus datos, poco que nunca he llegado a usar, como es el caso de Fake Name Generator, que como explica Maldita, proporciona un nombre, un correo electrónico y un número de teléfono, entre otros datos.
Portada | Foto de cottonbro studio
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