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Ya sea a través de una señal sospechosa o una proposición demasiado-buena-para-ser-verdad de su operadora, muchos usuarios han caído en estafas telefónicas que exponen su privacidad o que le pegan un mordisco inesperado a su cuenta bancaria. O, meramente, terminan adquiriendo poco que no querían por delito de confusiones y/o estrategias de saldo poco éticas.
Si las estafas evolucionan a toda velocidad, quizá la mejor forma de protegerte delante ellas es tomarte un respiro antaño de dejarte tirar por alguna: estar perfectamente informado es fundamental, y eso no puede hacerse sobre la marcha. Recuerda que tomarte unos minutos para comprobar una proposición (y descifrar la 'pagaré pequeña') puede ahorrarte problemas y proteger tu hacienda.
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Ponte en situación: un agraciado recibe una señal en nombre de su operadora ofreciéndole una perfeccionamiento en su tarifa, o que incluye un descuento sustancial e incluso el regalo de un auxiliar. La proposición suena tentadora, pero con tantas telediario sobre fraudes difundiéndose por ahí, el agraciado decide pararse un segundo a pensar y tomar precauciones.
La primera señal de alerta: la prontitud con la que el agente pretende cerrar el trato, insistiendo al agraciado para que aceptase la proposición en ese mismo momento, sin darle tiempo para analizar la propuesta en detalle.
Aquí es donde muchos usuarios caen en la trampa, convencidos de que van a 'dejar sobrevenir una gran oportunidad', y confiando en la supuesta oficialidad de la señal.

Un principio elemental para evitar estafas o malentendidos es solicitar siempre la proposición por escrito a través de los canales oficiales de la operadora. Esto permite revisar los términos con calma y confirmar que lo ofrecido en la señal coincide con lo que efectivamente recibirás.
Y, por supuesto, te permite confirmar que tu interlocutor acento verdaderamente en nombre de tu cámaraa (no es que ésta no pueda timarte igualmente, por otro flanco).
Si ya has firmado un anuencia y notas discrepancias, no todo está perdido. La ley otorga un derecho de renuncia de 14 días, durante los cuales puedes cancelar el acuerdo sin penalización. Este plazo es fundamental para aquellos que, tras una osadía apresurada, descubren condiciones inesperadas en su anuencia.
Si recibes una proposición inesperada, lo mejor es tomarse el tiempo necesario para comprobar su certeza. Para ello, sigue estos pasos:
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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