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Cecilia Sopeña es una madrileña nacida en 1986, profesora de matemáticas de formación (ingeniera de posibles minerales y energía), ciclista competitiva y figura pública con esforzado presencia en redes. En los últimos abriles, su nombre ha ido asociado a dos mundos que rara vez se tocan: el deporte y la industria del contenido para adultos.
Esa doble vida —y las consecuencias de su exposición online— la han llevado a ahora a invocar el derecho al olvido para, según explica ella misma, intentar reconfigurar su identidad pública y recuperar control sobre su imagen.
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Hace unos abriles, Sopeña compatibilizaba la docencia con el ciclismo, disciplina en la que suma más de un centenar de victorias a nivel franquista. Pero en 2022, contando ya con una activa comunidad en plataformas de vídeo y redes —desde donde relataba retos deportivos como triatleta—, decidió tomarse un refrigerio como docente de la pública y dar el salto a OnlyFans: como ella misma explicaba, montar a la plataforma con una audiencia previa multiplicaba sus posibilidades de éxito.
Económicamente, la atrevimiento fue impactante: "gano en un día [en OnlyFans] lo mismo que en un mes de docente", explicaba. En sus primeros meses en la plataforma para adultos declaró ingresos de 8.000 € (septiembre), 56.000 € (octubre) y 62.000 € (noviembre) de 2022. Para 2024, su perfil sumaba unos 2.900 suscriptores con una cuota mensual de 17 €.
En conjunto, la creadora situaba su facturación bruta acumulada por encima del millón de euros en dos abriles, con picos mensuales cercanos a 88.000 €.

Ella misma ha relatado en alguna ocasión, en su canal de YouTube, que en el pasado se había conocido expuesta a comentarios sobre su cuerpo, así que un momento cedido decidió sacar rendimiento financiero a ese interés que los hombres tenían en ella. Y ahí, dos abriles luego de aparecer a transmitir contenido amoroso en OnlyFans, el pasado mes de noviembre, anunció su atrevimiento de dar otro brinco más, en este caso al cine 'hardcore' para adultos.
Hace tan sólo tres meses parecía convencida de sobrevenir cedido este paso profesional, pues anunciaba en redes que buscaba un compañero para inculcar: "Quiero a una persona activa sexualmente", "adecuado las 24 horas" y que "sea un máquina como yo". Sin secuestro, poco parece sobrevenir pasado a lo amplio de este verano, que le ha hecho replantearse por completo este vuelta profesional.


Hace unos días, Sopeña anunció que emprendía una "nueva etapa, más consciente, ordenada y digna" y comunicó que había pedido a sus abogados que hicieran uso de su "derecho al olvido", solicitando que su material multimedia para adultos sea borrado de Internet, tanto en plataformas como en buscadores: cualquier difusión de imágenes, vídeos, extractos o enlaces fuera de las plataformas originales y privadas será perseguida judicialmente.
Aclara que, por motivos de gobierno fiscal y compromisos profesionales, algunas cuentas privadas permanecerán temporalmente abiertas, pero "ya no representan" su identidad pública.
"Mi nombre merece ahora silencio, honor y dirección. No necesito ser entendida y quien quiera proyectar sobre mí juicios, etiquetas o desprecio, solo está revelando lo que lleva internamente. Cada crítica palabra más del emisor que del destinatario".
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El artículo 17 del Reglamento Genérico de Protección de Datos (RGPD) reconoce el derecho a solicitar la supresión de datos personales cuando ya no son necesarios para su finalidad, se retira el consentimiento o su difusión resulta ilícita o lesiva, entre otros supuestos.
Su aplicación exige ponderar caso por caso frente a otros derechos, como la voluntad de información. En la maña, se formulan peticiones a los responsables del tratamiento (plataformas, sitios web) y, si procede, a motores de búsqueda para desindexación; frente a negativas o incumplimientos, queda la vía de la autoridad de control o la legislativo.
Desindexar no sedimento el contenido de origen, pero impide que aparezca fácilmente al agenciárselas su nombre, reduciendo así su exposición pública. Pero, aunque la UE presiona para que la desindexación tenga objetivo en todo el mundo, algunas compañías limitan la retirada a sus dominios europeos (.es, .fr, .de…), lo que significa que alguno en América, por ejemplo, aún podría encontrar enlaces que en España ya no aparecen.
Adicionalmente, si el material sobre Sopeña está alojado en páginas con sede fuera de la UE que no tienen representación en Europa, forzar su exterminio es complicado. Y, por otra parte, existe el aventura de activar el "objetivo Streisand": al intentar eliminar contenidos, a veces éstos se multiplican en sitios de terceros (foros, y repositorios en países con legislaciones laxas).
Imagen | Marcos Merino mediante IA + Wikimedia
En Genbeta | Esta profesora apetito más de 100.000 euros al año con su otro trabajo, online y que solo le lleva dos horas al día
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