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El Sección de Eficiencia Oficial (DOGE) de Elon Musk trabaja a toda máquina en estos días. Sin incautación, toda esa energía ha demostrado no estar siempre correctamente enfocada, como demuestra la flamante polémica en torno al despido (y posterior intento de readmisión) de unos 350 empleados del Sección de Energía...
...de los que se quiso prescindir sin imaginar que entre ellos se encontraban expertos en ensamblaje de ojivas nucleares, así como en control de armamento y residuos nucleares.
La batalla del DOGE ha provocado una oleada de críticas correcto a la forma indiscriminada en que fueron ejecutados los recortaduras. Según la CBS, los que supervisaron dichos despidos pensaron que estaban cesando a empleados en periodo de prueba o a simples administrativos sin indagar en la naturaleza de sus funciones.
Muchos señalan que esta valor del DOGE refleja un patrón que ha caracterizado otras iniciativas lideradas por Musk en el ámbito privado: despedir primero y evaluar luego.
Inicialmente, los despidos habían afectado a unos 2.000 empleados en todo el Sección de Energía, que incluían a los 350 de la polémica, adscritos a la Delegación Doméstico de Seguridad Nuclear (NNSA), la entidad encargada de tramitar el conjunto nuclear del país.

Así, la medida impactó particularmente a la planta de Pantex, en Texas, donde se redujo en un 30% la plantilla responsable del ensamblaje y mantenimiento de ojivas nucleares.
Al punto que unos días luego de la ejecución de los despidos, la directora interina de la NNSA, Teresa Robbins, emitió un memorando en el que se anulaba el 72% de los recortaduras:
"Esta carta sirve como notificación formal de que la valor de despido emitida el 13 de febrero de 2025 ha sido rescindida, con objetivo inmediato".
Según fuentes de la agencia The Associated Press, a muchos empleados se les notificó su despido solamente luego de ocurrir perdido el golpe a sus cuentas de correo y credenciales de trabajo.
Sin incautación, todo sigue siendo poco confuso: algunos empleados readmitidos no han podido reincorporarse a sus puestos, otros lo están reconsiderando, y por otra parte persiste la incertidumbre en torno a los criterios de dicha rescisión, transmitido que 28 de los afectados no han sido readmitidos.
Los despidos afectan, por otra parte, a la modernización del conjunto nuclear estadounidense, una iniciativa de 750.000 millones de dólares que incluye nuevos misiles balísticos intercontinentales, bombarderos furtivos y cabezas nucleares.
Y es que la pérdida de empleados experimentados, sumada al impacto de una flamante ola de jubilaciones en la NNSA, complica la continuidad de estos proyectos.
Rob Plonski, subdirector del citado organismo, se ha posicionado en esta polémica a través de una publicación en LinkedIn:
"Este es un momento crucial. Debemos osar si estamos verdaderamente decididos a liderar la campo mundial o si nos conformamos con socavar los mismos sistemas que aseguran el futuro de nuestra nación".
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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