
ARTDEPARTMENT

El escándalo del ya denominado ‘Signalgate’ ha traspasado fronteras con titulares en todo el mundo. Tras conocerse que varios miembros de la Despacho Trump coordinaban información relativa a un flamante ataque marcial a través de la popular app de transporte Signal, ha causado un revuelo sin precedentes, sobre todo teniendo en cuenta que en el familia había un periodista que fue incluido por error.
De todo este lío hay quienes están viviendo su mejor momento: Signal. Si proporcionadamente la app no es muy popular en España, a lo derrochador de los últimos primaveras se ha convertido en todo un referente en cuanto a transporte instantánea con fuertes medios de enigmático. Tras lo ocurrido, el equipo de Signal afirma haber duplicado el número total de descargas frente a la pasada semana. Un buen momento para una plataforma que comenzó como el apasionado tesina de un hacker.
Desde su tiro, Signal se ha estado vendiendo como la alternativa más segura internamente de las apps de transporte instantánea. Sin bloqueo, a Meredith Whittaker, presidenta de Signal Foundation, esta tarea le ha sido más casquivana de lo habitual durante esta semana.
La aplicación ha experimentado un trascendental aumento en descargas tras la filtración del familia privado en la que el secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, compartió planes de ataque con altos cargos funcionarios de la Despacho Trump, incluido el vicepresidente y el editor en caudillo de The Atlantic, Jeffrey Goldberg.

Imagen: Signal
Según datos de Signal, el número de descargas esta semana ha duplicado el de la antecedente. "En la historia de Signal, este es el momento de veterano crecimiento en EE.UU. por un beneficio masivo", decía Jun Harada, director de crecimiento y asociaciones de Signal a Wired. Con un presupuesto anual de casi nada 50 millones de dólares, la plataforma sin humor de interés compite allí directamente con gigantes como WhatsApp de Meta o iMessage de Apple. Whittaker ya había señalado en una entrevista con la periodista Kara Swisher que cada vez que ocurre una brecha de datos o un error arduo en las grandes tecnológicas, Signal ve un repunte en el número de usuarios.
El fundador de Signal, Moxie Marlinspike, ha reflexionado sobre la cambio de su aplicación, que ha pasado de ser un tesina personal enfocado en la privacidad a convertirse en una útil utilizada por disidentes, periodistas, espías y figuras esencia de Washington. Con ironía, Marlinspike comentó en la red social X que ahora, encima de ofrecer comunicación segura, la aplicación brinda "la oportunidad de que el vicepresidente de EE. UU. te agregue a un chat grupal sobre operaciones militares sensibles".

En una entrevista con The Wall Street Journal durante el Foro Crematístico Mundial en Davos, Suiza, Whittaker explicó que el objetivo de Signal es "perdurar un medio significativo para comunicarse de modo íntima y privada en un mundo donde esto es cada vez menos posible".
El origen de Signal se remonta a la iniciativa de Marlinspike, un entusiasta de la criptografía que buscaba contrarrestar el poder de vigilancia de los gobiernos y las grandes empresas. En 2010, durante una conferencia en Las Vegas, expuso la lucha entre entidades que recopilan datos, como Google y los gobiernos, y los "cypherpunks", un movimiento de criptógrafos y activistas que defendían el anonimato en internet. Según él, la esencia era desarrollar software accesible que permitiera a cualquier persona comunicarse de forma segura en ese mismo momento.
Tras un breve paso por Twitter, en 2014 Marlinspike fusionó sus herramientas de transporte y voz en una sola aplicación: Signal. Financiada inicialmente mediante donaciones y subvenciones, la aplicación ganó relevancia en 2015, cuando Edward Snowden la recomendó como una forma de eludir la vigilancia ministerial.
La conversión de Signal cerca de una plataforma universal ha supuesto que la plataforma asuma cada vez mayores costes. En 2018, la fundación que gestiona la aplicación ya reportaba 5,1 millones de dólares en gastos, emblema que ha ascendido a los 50 millones anuales en la presente. Whittaker, quien estudió humanidades y se ha descrito como una "intérprete de formación", dejó Google en 2019 tras liderar protestas contra sus prácticas empresariales y contratos con el Sección de Defensa. Crítica con el maniquí basado en la publicidad de las grandes tecnológicas, en 2022 asumió la presidencia de la Signal Foundation, tras sobrevenir sido miembro de su trabazón directiva desde 2020. Desde entonces, ha trabajado para expandir el uso de la aplicación entre familias, grupos de amigos y activistas.
"A veces siento que soy como un dragón custodiando una cueva, protegiendo esta tesoro que tenemos. Tenemos que mantenerla viva", afirmaba Whittaker en una entrevista durante la conferencia del SXSW en Austin, Texas.
Buena parte de los costes operativos de Signal provienen del locación de servidores y hardware de empresas como Amazon Web Services, Google y Microsoft. Sin bloqueo, el respaldo financiero de Brian Acton, cofundador de WhatsApp y presidente ejecutante de la fundación, ha sido crucial. Acton ha prestado más de 105 millones de dólares a la estructura, según los informes fiscales más recientes.
A lo derrochador de la última decenio, Signal ha sabido beneficiarse momentos esencia para consolidarse como la opción predilecta para muchos en transporte privada. Figuras como Elon Musk y activistas del movimiento Black Lives Matter impulsaron su popularidad. Encima, el hecho de que su software de enigmático sea de código despejado ha reforzado la confianza de los usuarios preocupados por la seguridad.
Imagen de portada | Adem AY
En Genbeta | Era cuestión de tiempo, pero ya sabemos cuándo morirá Skype: Microsoft pulsará el clavija de extinguido del sucesor del MSN Messenger
Compartir este artículo
Consultoria Personalizada
¡Si aun no tienes presencia en internet o
necesitas ayuda con tus proyectos, por favor, escribenos!