El CEO de OpenAI creía que la IA podía alterar nuestra sociedad si no se regulaba. Va camino de acertar

La inteligencia fabricado está avanzando a pasos agigantados y ya llega a marcar el estado de nuestra crematística, como vimos con el tiro de DeepSeek R1 que hundió fielmente a Nvidia en bolsa. Sam Altman, CEO de OpenAI, quiso cascar un melón en este sentido al afirmar que la IA ha llegado para cambiar nuestros estándares sociales, generando un gran revuelo en redes sociales.

Unas declaraciones que hizo el año pasado, pero que ha causado un gran revuelo este mes de enero en redes sociales tras retornar a difundirse. Todo a consecuencia del estado de la inteligencia fabricado. Aquí no tuvo dudas al afirmar que es necesario "revisar el convenio social", ya que la IA llegó para cambiar todo.

Altman apostó de nuevo por mayores controles a la IA

El sector sigue creciendo a pasos agigantados con inversiones millonarias que llegan desde el gobierno federal de Estados Unidos y es por ello que son interesantes estas palabras de Altman en el foro "AI For Good": "Espero que, a derrochador plazo, será necesario cambiar el convenio social transmitido el poder que se anticipa para esta tecnología".

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Estos comentarios, tanto en su momento como en la hogaño, se han interpretado como que la IA llega para cambiar las normas sociales que hay establecidas entre nosotros. Poco sin duda inquietante, ya que quien está detrás de una IA controlándola podría calar a tener el poder sobre toda la sociedad al tener capacidad de cambiar sus costumbres.

"Feudalismo tecnológico" es uno de los términos que se ha podido deletrear en respuesta a estas declaraciones, donde se apunta a que poca familia se podría beneficiar de la IA en detrimento del resto de la sociedad.

La cuestión no quedaba solo en el empleo. Esta es una de las máximas preocupaciones que existen al respecto y es lo que puede originar más miedo de la IA. Pero para Altman hay que tener en cuenta además esta transformación del tejido social y de los títulos que van a cambiar la relación con la vida en común.

Esto abría la menester de originar un viejo control sobre la inteligencia fabricado, que a día de hoy no estamos viendo como una sinceridad. Precisamente observamos que cada vez se invierte más monises sin periferia y se cambia el canon a un maniquí de eficiencia. Pero igualmente una carrera entre países para poder calar antiguamente a la meta.

De esta forma, como sociedad estamos “condenados” a adaptarnos a los avances que nos llegan desde el campo tecnológico y no hacernos sufrir con poco que debería traer un  viejo progreso a nuestro planeta. La cuestión como siempre es no pasarse a la hora de hacer esta aplicación.

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