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El sociólogo Michael Hartmann, profesor emérito de la Universidad Tecnológica de Darmstadt, ha estudiado la cambio de la clase ejecutiva alemana durante los últimos 150 primaveras, intentando vigilar quiénes ocupan los puestos más altos en las empresas y por qué.
El objetivo era ver qué determina quién ostenta el poder en las juntas directivas de las mayores empresas alemanas, si es el rendimiento, o influyen más factores como el origen social. Según el propio investigador ha dicho en una entrevista, los resultados le sorprendieron.

Todo esto en un contexto, en el que, como explica DW, uno de los principales medios de comunicación del país germano, Alemania se considera una meritocracia, lo que significa que, si se trabaja duro, se puede durar a la cima. Pero considerando quiénes ocupan generalmente puestos ejecutivos y cómo suelen durar allí, la idea resulta cuestionable con este estudio.
En España ya hemos pasado un estudio que concluye que dos de cada tres españoles piensa que tener un empleo de calidad depende más de los contactos que de la valía de cada uno. Mucho nos han dicho nuestros padres que necesitamos estudiar para tener un buen empleo y la existencia a la que se enfrentan millenials y gestación Z no se adecúa a esa idea siempre. Este estudio lo demuestra.
Una de las conclusiones más llamativas de la última verssión del informe lanzada hace unos días es que: "A día de hoy, más de cuatro quintas partes de la élite económica alemana provienen del 3% al 4% más rico de la población".
Parece ser que no siempre fue así, que hubo tiempos mejores para la clan del pueblo sencillo en cuanto a oportunidades. Hartmann señaló que se produjo un trivial cambio entre 1907 y 1927, ya que más alemanes de clases bajas lograron ascender en la escalera social. Pero, en los casi 100 primaveras siguientes, afirmó, la proporción de personas de estratos sociales más bajos que llegaron a la cima aumentó solo un 2,5%.

Ya en el año 2001 había presentado conclusiones de este estudio. Para los 6.500 ingenieros, juristas y economistas que recibieron un título de doctor en los primaveras 1955, 1965, 1975 y 1985, se analizó la correlación entre el origen social, la trayectoria educativa y la trayectoria profesional mediante métodos multivariados. Y explicaba en aquel momento que "las posibilidades de alcanzar un puesto ejecutante son un 100% más altas para las personas con circunstancias de clase ingreso, en contraste con las personas con circunstancias de clase trabajadora y clase media".
El doctor concluía que "el origen social tiene un robusto impresión directo en la selección social de las élites. En consecuencia, la tolerancia social del sistema educativo ario no se tradujo en una tolerancia social de las prácticas de reemplazo de la élite empresarial. Más proporcionadamente, ocurrió lo contrario: la selección social aumentó en las cohortes de 1975 y 1985", explicaba.
En este zaguero noticia decidido afirman que la investigación albarca a casi 2400 miembros de la élite y muestra que la movilidad social es, en normal, mucho pequeño de lo que cabría esperar en un período tan prolongado. Si proporcionadamente la aristocracia perdió su importancia como principal campo de reemplazo para la élite política tras la Primera Extirpación Mundial, esto solo se asoció con una tolerancia social limitada en el siglo venidero.
"No ha habido avances en la delegación desde la período de 1930, y tres cuartas partes del poder legal aún provienen de la clase media-alta y ingreso".
Como recoge ahora DW tras una entrevista con el investigador, durante la última período, las empresas han introducido programas de complejidad, equidad e inclusión (DEI) para crear igualdad de condiciones para la décimo en el mercado sindical de todos. Según una indagación fresco de Bitkom, dos tercios de las empresas alemanas con 500 o más empleados cuentan ahora con objetivos formales de DEI, y aproximadamente el otro tercio está planeando o debatiendo dichas iniciativas. Aun así, cuando se comercio de puestos de liderazgo influyentes, la élite tiende a reafirmarse a los suyos.
Encima, faltan mujeres. Afirma el entendido que, en normal, cuanto más detención es el puesto, menos mujeres hay. Y las mujeres que llegan a la cima a menudo provienen de entornos sociales aún más exclusivos que sus pares masculinos, afirmó Hartmann, poco que todavía se aplicaría a las personas de origen migrante. "Mi suposición es que si ya tienes un 'obstáculo', como, por ejemplo, el apartado o el origen migratorio, entonces tu origen social tiene que ser aún más elitista", afirmó.

De acuerdo con Hartmann, muchas veces la clan de familias ricas tienen acercamiento a instituciones educativas más elitistas y prestigiosas. Pero que, incluso cuando los hijos de familias de élite obtienen las mismas cualificaciones académicas que una persona de grupo obrera o clase media, su trayectoria profesional tiende a ser más rápida y fluida.
"Tras analizar múltiples cohortes de alemanes con títulos académicos, Hartmann descubrió que los hijos de ejecutivos de empresas con doctorado tenían 17 veces más probabilidades de entrar en la agrupación directiva de una de las 400 empresas más grandes de Alemania que los hijos de la clase trabajadora con el mismo título".
Imagen | Foto de Maheshkumar Painam en Unsplash
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