Cualquiera ha podido entrar a tus conversaciones con ChatGPT a través de Google, pero solo si las tenías 'públicas'

A ChatGPT se le pregunta prácticamente de todo lo que se nos pasa en algún momento por la vanguardia, aunque a veces no tenga mucho sentido. La cosa es que no dudamos en ilimitado en hacer alguna pregunta un poco rara, porque sabemos que todo se va a continuar en esa conversación y nadie lo va a poder adivinar nunca. Pero esto no es del todo cierto.

Una fresco investigación ha sacado a la luz poco preocupante para la privacidad de los usuarios de ChatGPT: las conversaciones que se han compartido públicamente pueden ser indexadas por motores de búsqueda como Google, Bing y otros. Esto significa, que con una simple búsqueda cualquiera podía conseguir a los chats que los usuarios habían decidido compartir, exponiendo en algunos casos información personal y sensible.

Ver las conversaciones con ChatGPT de otras personas ha sido posible durante un tiempo

La periodista Amanda Siberling de TechCrunch ha sido la encargada de destapar esta situación, explicando cómo el filtrar los resultados de búsqueda para incluir nada más las URLs del dominio "https://chatgpt.com/share" es posible encontrar una gran variedad de conversaciones de extraños con la IA de OpenAI. Y para comprobarlo solo se debe poner en Google '"site:chatgpt.com/share xyz" sustituyendo 'xyz' por la palabra secreto que quieras apañarse.

Obviamente aquí se ha podido encontrar una gran cantidad de chats con consultas que van de cómo renovar un baño a peticiones de ideas de cocina hasta la exigencia de entender conceptos complejos de astrofísica. Aunque todavía hay situaciones mucho más delicadas.

Por ejemplo, un usufructuario pidió a ChatGPT que le ayudara a rehacer su currículum para adaptarlo a una propuesta de trabajo concreta. La información compartida en el chat era tan detallada, que fue posible encontrar su perfil de LinkedIn durante la investigación. En otros casos, se han incompatible conversaciones con preguntas que parecen sacadas de foros o interacciones con la IA que escalan hasta preguntas absurdas como "Cómo usar un microondas sin invocar a Satán".

OpenAI reacciona: fue un examen y ya lo han retirado

Es importante destacar frente a esta situación que ChatGPT no hacía públicas las conversaciones por defecto. Para que un chat fuera indexado en los buscadores, el usufructuario tenía que hacer clic deliberadamente en el cogollo 'Compartir' y luego en 'Crear enlace' para compartir la conversaciones con terceras personas. Finalmente, se debía activar una función para que el enlace fuera visible en los motores.

Pero a pesar de que la plataforma avisa en reiteradas ocasiones que el nombre y las instrucciones personalizadas si se mantenían privadas siempre, muchos usuarios no pensaban que sus conversaciones acabarían siendo públicas en Google.

Es por ello que horas a posteriori de la publicación de este artículo en TechCrunch, OpenAI reaccionó emitiendo un comunicado anunciando que retiraban esta función. Para la compañía se trataba de un simple examen de corta duración que finalmente "introdujo demasiadas oportunidades para que la muchedumbre compartiera accidentalmente cosas que no pretendía".

Un portavoz de OpenAI aclaró lo ulterior de la situación:

"Los chats de ChatGPT no son públicos a menos que elijas compartirlos. Hemos estado probando formas de solucionar el intercambio de conversaciones aperos, manteniendo el control en manos de los usuarios, y recientemente hemos finalizado un examen para que los chats aparezcan en los resultados de los motores de búsqueda si se optaba explícitamente por ello al compartirlos".

Esta situación nos ha resultado harto habitual a lo que ocurre con los archivos de Google Drive. En este caso cuando un usufructuario comparte un enlace a un documento con la configuración 'Cualquier persona con el enlace puede ver', Google lo indexa en el buscador y esto nos permite buscarlo. Esto hace que hayamos podido apañarse libros, exámenes o documentos privados fácilmente. Poco que ahora ha ocurrido de guisa similar con ChatGPT.

Imágenes | Jonathan Kemper

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