considera un monopolio ilegal parte de su negocio de publicidad online

A las grandes tecnológicas estadounidenses no paran de crecerle los enanos en lo que a casos de competencia se refiere. Si esta semana Meta y Zuckerberg estaban en el centro de las noticiero por el razón en el que Instagram y WhatsApp pueden rematar "troceadas" de la matriz, ahora es Google quien ha sufrido una (nueva) derrota histórica.

La jueza Leonie Brinkema, del Tribunal de Distrito para el Distrito Este de Virginia, ha sido tajante en su veredicto contra la compañía del buscador en una resolución firmada hoy, que hemos conocido por el The New York Times. Considera que Google ha incurrido en prácticas que violan las leyes de la competencia en la publicidad online mientras buscaba sostener su amplio dominio en el sector.

Los casos antimonopolio se le acumulan a Google

En su veredicto, Brinkema considera que Google "ha privado a sus rivales de competir", pero no solo eso, sino que además "perjudicó sustancialmente a los clientes editores de Google, al proceso competitivo y, en última instancia, a los consumidores de información en la web abierta".

Sus rivales han perdido patrimonio al no poder entrar en el mercado. Los medios y las webs han accedido a un porcentaje de la tarta de ingresos publicitarios pequeño del que habrían conseguido en un mercado con más competencia. 

La valentía no afecta a otros servicios de Google como la publicidad en búsquedas, anuncios en YouTube o la publicidad en mapas.

Este caso concreto se abrió en 2023 para investigar la vigencia del negocio publicitario online de Google, que la compañía potenció enormemente con la negocio de DoubleClick. Los distintos movimientos de la compañía le han llevado a tener, según el Gobierno estadounidense, un control extremadamente suspensión de la traspaso de los anuncios: domina el 87% del mercado.

La investigación ha recaído sobre DFP y AdX, piezas secreto del conjunto de herramientas de Google para editar y colocar anuncios en Internet, y la forma en la que Google negocia las subastas con los anunciantes.  Con DFP se gestiona qué anuncios y cómo se muestran y con AdX se gestionan las subastas.

El Gobierno ya consideró que el hecho de que la compañía controlara ilegalmente el mercado provocó que los anunciantes y editores tuvieran que desembolsar más patrimonio del que habría sido necesario de existir competencia, y la jueza ha fallado en ese mismo sentido. Brinkema cuenta que "durante más de una plazo, Google ha vinculado su servidor de anuncios para editores con su intercambio publicitario mediante políticas contractuales e integraciones tecnológicas, lo que le ha permitido establecer y proteger su poder monopólico en entreambos mercados".

Eso sí, la jueza ha poliedro la razón al Sección de Ecuanimidad de forma parcial, en dos de las tres demandas analizadas, pues considera no considera que haya monopolio con herramientas utilizadas por los anunciantes. Este hecho ha sido celebrado por Lee-Anne Mulholland, vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google ha claro a The New York Times que "ganamos la fracción de este caso y apelaremos la otra fracción". "Los editores tienen muchas opciones y eligen Google porque nuestras herramientas de tecnología publicitaria son simples, asequibles y efectivas", afirmó.

Hasta ahora, los reguladores y la honradez estadounidense están operando a la vez en los casos pendientes abiertos que tiene Google por prácticas antimonopolísticas, independientemente del signo político del presidente en el poder. En 2020, el Sección de Ecuanimidad abrió una demanda contra Google, considerando que "ha mantenido su poder a través de prácticas excluyentes que son perjudiciales para la competencia", como por ejemplo con "una red ilegal de acuerdos exclusivos que daña a los competidores".

Delante esa demanda, en agosto de 2024, el mediador federal Amit Mehta ya concluyó que "Google es un monopolio" en el mercado de las búsquedas y la publicidad online. Mehta consideraba como parte secreto del injusticia de posición dominante los acuerdos que Google había materializado durante abriles con Apple y Google para cerciorarse ser el buscador por defecto en miles de millones de dispositivos móviles en todo el mundo. En ese sentido, se conoció que en 2021, Google pagó 26.300 millones de dólares a Apple para continuar siendo el buscador por defecto en iOS.

Google, a la demora de consecuencias históricas en mútiples frentes

El hecho de que la jueza Brinkema haya fallado parcialmente en contra de Google no es nulo tranquilizador para la compañía. Hay que esperar a ver qué valentía firme toma, pero todo apunta a una división de la compañía en lo que respecta a su ayuda publicitario, como ya ha pedido el Sección de Ecuanimidad.

Desde el Gobierno piden a Google que venda partes del negocio adquiridas en las últimas décadas. Como próximos pasos, Brinkema ha solicitado a ambas partes la presentación de un calendario sobre "remedios estructurales", como podría ser la traspaso o separación de DFP y AdX en distintas compañías.

Esta incertidumbre se suma a la de la valentía final del mediador Mehta sobre el mercado de la búsqueda y la publicidad, que aún no ha vuelto a manifestarse (a la demora de un nuevo audiencia con las partes a partir del lunes), pero que además está considerando la división de la compañía.

Antaño de ese audiencia, lo que el Sección de Ecuanimidad ha preciso específicamente a la compañía que venda Google Chrome, al considerar que, como monopolio, está afectando a la capacidad de los motores de búsqueda rivales de competir como puerta de entrada a Internet. Y acullá de dar marcha a espaldas bajo el nuevo gobierno de Trump, lo han reiterado: debe vender Chrome. Será el mediador Mehta quien tenga la palabra final una vez haya recibido los argumentos de ambas partes.

Imagen | Marcos Merino con IA

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