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Hace unos días nos hacíamos eco de unas declaraciones de Bill Gates muy interesantes. Cuanto menos, chocantes. "Es poco salvaje que tengamos multimillonarios", afirmó en un podcast con Kara Swisher, en el Teatro París de la ciudad de Nueva York.
La entrevista era para promocionar su docuserie de Netflix “¿Qué sigue? El futuro con Bill Gates”, donde hay un episodio, titulado "¿Puedes ser demasiado rico?".
El hombre, con una fortuna que se calcula que es de más de 100.000 millones de dólares y que esto lo pone entre los señores más ricos de un mundo tan desigual, habló abiertamente de lo insensato de acumular tanto plata que ni siquiera va a poder gastarse nunca una persona.
Asimismo puede sonar "salvaje" que un hombre tan millonario diga esto, sin hacer cero con ello. Gates lidera, con su ex pareja, una fundación que afirma en su web esto: "somos una ordenamiento sin fines de provecho que lucha contra la pobreza, las enfermedades y la desigualdad en todo el mundo".
Mientras la Fundación Bill y Melinda Gates deje de desigualdad, se puede ver como una paradoja sus palabras, en un mundo en el que la desigualdad es la fuente de muchos problemas, y en el que Bill Gates tiene una fortuna inmensa. Según Oxfam, el 1% más rico acumula casi el doble de riqueza que el resto del mundo en conjunto...
Es más cuestionable cuando esta persona con tantísimo plata, no deja de hacerse rico cada año, mientras su principal función ahora mismo es su propia fundación filantrópica, creada para ayudar con causas de ayuda humanitaria a personas sufriendo verdaderamente problemas totalmente evitables como la hambruna, en un mundo tan desigual y en el que comida hay para todo el mundo.
Con todo esto, puede surgir la pregunta de qué es lo que está pasando para que una persona multimillonaria siga acumulando plata cada año mientras lo regala. O eso es en lo que se cimiento su actividad a día de hoy, en regalar plata para causas humanitarias. Y hay muchos estudios hechos para tratar de entender la situación.
Bill Gates ha pasado de fundador de Microsoft a seguir acumulando plata, a pesar de sus actividades filantrópicas. En la entrevista realizada recientemente, describen, fielmente, que "ha pasado décadas regalando su fortuna y trabajando en algunos de los desafíos más desconcertantes de la humanidad".
Ahora correctamente, hay muchos observación interesantes de cómo esta filantropía, ese "regalando su fortuna", encima de lo atún que es ayudar a otros "regalando" millones, tiene su cara B. Su buena imagen pública tiene otros matices que nos pueden hacer comprender cómo Gates, tras décadas donando plata a causas varias y tras el divorcio de Melinda French Gates, a la que le correspondió también gran parte del dinero por el trabajo y la Fundación que gestionaban de la mano, tiene todavía tantísima fortuna.
Para principiar, si "nadie necesita caridad cuando hay jurisprudencia", no haría yerro esa caridad si el plata del mundo estuviera mejor repartido en manos de todas las personas, y no acumuladas en las cuentas de Gates y otros multimillonarios como Elon Musk, Jeff Bezos o Amancio Ortega, por proponer algunos nombres.
Por otro costado, recuerda The Nation que un análisis a fondo e importante sobre Gates demuestra que, en relación con su enorme riqueza, el hombre está "regalando" una cantidad minúscula de plata. Y la duda que intentan explicar es "cómo es posible que el filántropo más desprendido del mundo se vuelva cada vez más rico año tras año".
Hay que proponer que esta ocupación le da muy buena imagen pública lo que lleva a concluir que "el longevo beneficiario de la Fundación Gates ha sido el propio Bill Gates". Su marketing parece ser su longevo valencia. Hace dos abriles declaraba que quiere "salir en algún momento de la índice de las personas más ricas del mundo" y que para ello quería donar su fortuna a su fundación, pero eso no ha sucedido por ahora.
A diferencia de otros millonarios que gastan su riqueza en ver quién llega antes al espacio para competir con otros millonarios, el fundador de Microsoft tiene una imagen pública que atrae a más donantes que quieren formar parte de sus actividades de caridad. Incluso organizaciones supranacionales como la Organización Mundial de la Salud trabajan de la mano de la fundación y, aunque no se conoce quiénes son todos sus donantes, hay grandes fortunas apostando por la entidad liderada por Gates. Incluso Naciones Unidas ha dado donaciones millonarias.
Gran parte de sus donantes se mantienen anónimos, pero lo que está claro es que esta Fundación tiene acercamiento a las grandes fortunas del mundo. Warren Buffet es una de esas personas que han transmitido grandes cantidades de plata: en 2022 se publicaba que desde 2006 había contribuido con más de 36 mil millones de dólares.
Más allá de esto, hay un muy importante estudio del Institute for Policy Studies,que analiza cómo esta filantropía de los millonarios en existencia está empeorando las cosas para las organizaciones caritativas.
El mensaje de hace un año, titulado The True Cost of Billionaire Philanthropy (El efectivo costo de la filantropía de los multimillonarios), detalla cómo los ultrarricos de Estados Unidos utilizan las donaciones caritativas para rendir los beneficios fiscales y, al mismo tiempo, aumentar aún más su ya desmesurada influencia en la sociedad, que los estadounidenses comunes ayudan a incentivar mediante los impuestos que pagan.
Lo atípico es que la mayoría de las personas que hace donaciones caritativas en Estados Unidos no aprovechan el incentivo fiscal que existe y lo atípico es que solo menos del 10% de los hogares incluso solicitan la deducción, y estos se encuentran entre los hogares más ricos. Por otra parte, descubrió que cuando la muchedumbre global dona (y en su mayoría sin deducir) a la caridad, es más probable que lo hagan a organizaciones sin fines de provecho locales.
Cuando los multimillonarios que firmaron el Compromiso de donación de Gates-Buffett donan (en su mayoría utilizando el incentivo fiscal al hacerlo), es más probable que lo hagan a sus propias fundaciones privadas y fondos asesorados por donantes (llamadas DAF).
Como se explica The True Cost of Billionaire Philanthropy, las propias fundaciones privadas pueden aclarar DAF y utilizar las contribuciones para cumplir con el requisito de distribución de la fundación y evitar los requisitos de transparencia a los que de otro modo habría estado sujeta la fundación privada. Estas DAF tienen posibilidades, en esquema, de ayudar a los donantes a atesorar en fiscalidad. Según publica The Giving Review, "lo que comenzó como una iniciativa cívica para estimular la liberalidad está, en cambio, sirviendo para concentrar la riqueza y el poder privados a gastos del contribuyente”.
Hay otro estudio falsificado The Wealth Hoarders: How Billionaires Pay Millions to Hide Trillions (Los acaparadores de riqueza: cómo los multimillonarios pagan millones para ocultar billones) del año 2021. El mismo Senador Bernie Sanders ha hablado de este libro para recordar que "durante décadas, un ejército secreto de abogados fiscales, contables y administradores de patrimonio se ha ido convirtiendo en la oscura Industria de Defensa de la Riqueza".
En este vademécum, el perito en desigualdad Chuck Collins entrevista a los principales actores para mostrar cómo esta industria está haciendo todo lo posible para crear y afianzar dinastías hereditarias de riqueza y poder: empresas aparecido anónimas, oficinas familiares, cuentas en el extranjero, fideicomisos opacos y transacciones ficticias para avalar que los más ricos del mundo paguen casi cero de impuestos. Una de las formas de evitar poco así es mediante las donaciones.
La vida de un chiquillo se puede liberar por sólo 1.000 dólares, señaló Gates, haciéndose eco de afirmaciones similares que ha hecho durante abriles. Según las propias cifras de Gates, su riqueza podría liberar más de cien millones de vidas, si donara ese plata.
Como concluye un análisis en The Nation, no es que estas donaciones caritativas nunca hayan ayudado a nadie. Es evidente que las decenas de miles de millones de dólares que ha donado la Fundación Gates han ayudado a la muchedumbre. Pero estos triunfos deberían estar interiormente de una perspectiva más amplia de que una persona tiene plata y ayuda a otra que no. "En algún momento, deberíamos entender que el humanitarismo dirigido al progreso humano actual (igualdad, jurisprudencia, soltura) requiere que cuestionemos el poder valeverguista" de estas personas que amasan fortunas.
Imagen | Xataka sacada de GTRES
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