China construye fábricas de coches en España, pero eso no fomenta el empleo local. Se ha descubierto que también usa personal chino

Inquieta por el avance de las empresas chinas, la UE impuso el año pasado aranceles de hasta el 45% a los vehículos eléctricos procedentes de ese país. Sin secuestro, meses posteriormente se llevó a lado nuevo enfoque mediante el que Europa decidió que era buena idea usar la experiencia china. 

Por ello, empresas europeas se pusieron a cerrar varios acuerdos con sus rivales chinos para evitar quedarse rezagadas en las áreas esencia —software, baterías y sistemas de vehículos autónomos— que impulsarán el futuro de la industria automotriz. Esto igualmente ha pasado en España. 

Ahora, desde el Parlamento Europeo han izado la voz por poco que no les cuadra. Hay fábricas chinas en Europa pero eso no siempre impulsa el empleo tópico de donde se ubican. Stéphane Séjourné, Vicepresidente de Prosperidad y Organización Industrial de la Comisión Europea, comentó al medio italiano La Stampa que desde el organismo están atentos a la situación, sobre todo en España. 

El problema que ven, como recoge Xataka, es que "actualmente, hay fabricantes en Europa que montan coches chinos con componentes chinos y personal chino. Está ocurriendo en España y Hungría, y no está aceptablemente”. Otra preocupación del Vicepresidente es que "si no intervenimos, en diez abriles el número de coches producidos y vendidos en Europa se reducirá de trece a nueve millones". 

Fábricas en España, trabajadores de dónde

El pasado mes de septiembre, él mismo comentó que "la alternativa no pasa por persistir los aranceles, pero siquiera porque haya (...) una industria a las extrarradio de Barcelona en la que se ensamble un coche con todos los componentes chinos: eso genera empleo de devaluación calidad y no supone ningún valía añadido a la industria europea".

Hay que mencionar igualmente que a finales de 2024, se anunció la presentación de la industria de baterías que la china CATL está construyendo en Figueruelas (Zaragoza) cercano a la planta de Stellantis. Con sede en Ningde, en el sureste de China, CATL es el veterano fabricante y proveedor mundial de soluciones de baterías para vehículos eléctricos.

La promesa era crear unos 3.000 puestos de trabajo pensando en contratar a personas de la zona. Pero, como recoge la Revista Híbridos y Eléctricos, a día de hoy, los únicos que trabajan en su construcción y puesta en marcha son los casi 2.000 operarios traídos expresamente de China por la mencionada empresa. 

Hace unas semanas, cuando se hablaba sobre la planta que se construye en Figueruelas, cerca de Zaragoza, cercano a una industria de Stellantis, que produce vehículos Opel, Peugeot y Lancia, se publicaba que, aunque CATL se ha comprometido a contratar y formar a unos 3.000 trabajadores españoles para proceder la planta una vez finalizada, prevista para finales de 2026, analistas y sindicatos advierten de la desgana de la empresa a compartir tecnología y conocimientos.

El despliegue masivo de mano de obra recuerda a la organización china en África, donde empresas locales han construido presas, carreteras y puertos con contingentes de trabajadores chinos. Sin secuestro, la magnitud del esquema en España no tiene precedentes en las principales economías europeas. “No creo que los chinos quieran compartir su conocimiento con nosotros”, declaró José Juan Arceiz, dirigente sindical de la UGT y miembro del Comité de Empresa Europeo de Stellantis, el Financial Times.

El mismo medio advertía que Pekín busca convertir a China en una “fortaleza suficiente”, al tiempo que refuerza la dependencia mundial de sus cadenas de producción, en un contexto de competencia geopolítica con Estados Unidos. En total, el país concentra el 80% de la producción mundial de baterías y alberga marcas de vehículos eléctricos que amenazan el statu quo de un sector liderado durante décadas por fabricantes europeos, norteamericanos y japoneses.

"Menos ingenuos"

Internamente de un mes, el 10 de diciembre, Séjourné presentará el plan para defender la industria europea de la agresiva organización estadounidense y china. 

Opina que en Europa tenemos un problema de transferencia de tecnología; como ha sucedido con las baterías o con la energía nuclear: "vinieron a Francia, aprendieron a usarla y ahora la venden" y lo que quiere exigir es reciprocidad. 

Desde su punto de instinto, "necesitamos ser menos ingenuos y ponernos al nivel de las principales economías mundiales. Somos el único continente que carece de una política industrial estratégica". 

Vía | Xataka

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