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Tras meses de prórroga y un hype por las nubes, GPT-5 ya está aquí. Con GPT-4 OpenAI había dejado el franja muy suspensión y GPT-4.5 supo a poco, así que la empresa liderada por Sam Altman tenía poco ganancia de error para seguir llevando la voz cantante del sector tanto con reseña como con relato. Pues perfectamente, GPT-5 ha llegado en tres versiones y repleto de novedades.
En pocas palabras, GPT-5 ha aterrizado para ordenar el caos existente entre las diferentes versiones y cuándo es mejor usar una u otra, poco que probablemente las personas más puristas sí que hacían, pero no el favorecido medio. Eso sí, aunque GPT-5 está habitable para quienes usan ChatGPT graciosamente, en función de lo que pagues la experiencia cambia mucho. Pero en el camino se ha dejado un detalle esencial: ChatGPT sigue estando anticuado.
Entre las novedades de GPT-5 se encuentran sus capacidades mejoradas de razonamiento sensato, un mejor desempeño en tareas de programación, una conversación más fluida y contextualizada y más versatilidad en términos de velocidad, multimodalidad o coste. En la destreza, mis primeras impresiones reflejan una experiencia con menos alucinaciones y más velocidad.
La gran pretensión de OpenAI con GPT-5 ha sido convertir su maniquí en una suerte de agente digital gracias a entender mejor las instrucciones, encargar mejor los contextos extensos y optimizar el trabajo con herramientas externas. Ahora ya no solo da respuestas, todavía ejecuta tareas: puede producir software, organizar calendarios, preparar informes, entre otras habilidades. Pero OpenAI sigue pecando en pequeños detalles.
Porque puede que ChatGPT haya mejorado, pero la cojín de datos de la que sigue tomando información es vieja, concretamente desde junio de 2024, poco providencial para cualquier tarea que requiera aplicar conocimientos que hayan variado a lo desprendido de este año desprendido. Si quisieras por ejemplo conocer tus derechos y obligaciones como inquilino o propietario en el estado castellano, pasaría por suspensión la nueva ley de la vivienda (que data de 2025).


Es cierto que siempre queda la opción de la 'Búsqueda en internet', pero sigue siendo una tarea diferente y que encima lleva implícito un ajuste manual que puede producirse desapercibido. De hecho, si preguntas poco como 'qué derechos y obligaciones tengo como propietario en España', te mencionará la LAU y tendrás que insistir mencionando de forma proactiva la 'nueva ley de la vivienda' para que realice una búsqueda en internet.
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Portada | Foto de Patrick Gamelkoorn en Pexels y Calendario iconos creados por Freepik - Flaticon
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