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El sistema jurídico estadounidense y la industria tecnológica acaban de chocar de bruces con una enorme paradoja: una medida regulatoria diseñada, precisamente, para acortar el poder de Google sobre Internet podría terminar borrando del tablero a uno de los pocos verdaderos competidores de dicha compañía en el sector de los navegadores web.
Mozilla Firefox, uno de los navegadores web más veteranos del mercado, se enfrenta una de las mayores amenazas a su existencia desde su creación: un descenso extraordinario en el presupuesto de la Fundación Mozilla (que paga a sus desarrolladores) como consecuencia de las medidas antimonopolio adoptadas por el Sección de Neutralidad de Estados Unidos.
¿La consecuencia más probable? El fin del mejora de Firefox. Y la consolidación del monopolio de Google.
Firefox Multiple Picture-in-Picture
Desde septiembre de 2023, el gobierno de EE. UU. mantiene una batalla justo contra Google, acusándolo de suministrar un monopolio ilegal en el mercado de las búsquedas y la publicidad online. En agosto de 2024, un tribunal federal falló en contra de Google, señalando que su predominio —con un 90% del mercado— se plinto en prácticas excluyentes, como sufragar a fabricantes y desarrolladores para ser su motor de búsqueda predeterminado.
Entre las soluciones propuestas por el DOJ están la prohibición de estos acuerdos de búsqueda predeterminada, la obligación de deshacer partes del negocio de Google, como Chrome y Android, y la carestia de terminar los resultados de búsqueda a competidores. Mozilla, al estar directamente afectada por el posible fin del acuerdo con Google, se ha convertido en un actor esencia en este sensatez.

Desde hace ya más de una plazo, Mozilla mantiene un acuerdo comercial con Google, por el cual este final paga para que su buscador sea el predeterminado en Firefox. Este acuerdo representa cerca del 85% de los ingresos de Mozilla Corporation, la rama con fines de rendimiento de la Fundación Mozilla.
Eric Muhlheim, director financiero de Mozilla, ha claro recientemente que sin este flujo de ingresos, la estructura (ya tocada económicamente) se vería obligada a realizar "recortaduras significativos en toda la empresa", afectando principalmente al equipo de ingeniería de Firefox.
Esta situación iniciaría una "helicoidal descendente", en la que la reducción de calidad del producto provocaría una pérdida de usuarios, lo que a su vez agravaría aún más la situación financiera.


Aunque a primera traza podría parecer sencillo reemplazar a Google con otro proveedor como Bing, las pruebas internas de Mozilla muestran lo contrario: en un estudio realizado entre 2021 y 2022, al cambiar silenciosamente el buscador predeterminado a Bing, se observó una reducción considerable en los ingresos.
Por otra parte, Bing no monetiza el tráfico con la misma eficiencia que Google, lo que limita las posibilidades de obtener un acuerdo igualmente rentable.
Por otra parte, Mozilla ya había tenido una experiencia fallida en este sentido: entre 2014 y 2017, eligió Yahoo como buscador predeterminado, pero la experiencia fue tan negativa para los usuarios que muchos abandonaron Firefox por completo.
A pesar de recordar los riesgos de necesitar de un solo cliente, Mozilla no ha enfrentado una decisión viable a corto plazo. Aunque empresas como Opera han rematado diversificar ingresos recurriendo a la publicidad, Mozilla enfrenta limitaciones adicionales por su compromiso con la privacidad, lo que dificulta implementar modelos basados en compilación de datos.

La estructura ha comenzado a explorar otras fuentes de ingresos, como proyectos relacionados con IA y publicidad digital ética, pero estos aún están en fases iniciales y no pueden sustituir el aporte financiero del acuerdo con Google en el corto plazo.
El posible colapso de Firefox implica mucho más que la desaparición de un navegador. Firefox es el único navegador de peso cuyo motor de renderizado (Gecko) no está controlado por una gran empresa tecnológica: sus competidores principales —Chrome y Edge— usan Chromium, desarrollado por Google, mientras que Safari usa WebKit, propiedad de Apple.
La desaparición de Gecko supondría una pérdida de heterogeneidad tecnológica y estandarización forzada del mejora web, dejando el control de la transformación de la WWW en manos de un puñado de grandes corporaciones. Esto vulneraría los principios de tolerancia por los cuales Mozilla ha luchado durante décadas.
Vía | The Verge
Imágenes | Marcos Merino mediante IA
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