Burger King despidió a dos empleados por difundir un vídeo abrazándose en la oficina. La justicia cree que no es para tanto

Un estrujón por una buena nueva, un vídeo huecograbado con las cámaras del trabajo y una publicación en Instagram con esa compacto. Este hilo de acontecimientos le costó el empleo a un administrador de Burger King, al considerar la empresa que se trataba de una infracción muy peligroso. Sin confiscación, la honestidad no lo ha trillado con los mismos fanales.

La historia comenzó a principios de 2023, cuando un administrador de Burger King accedió a las grabaciones de uno de los restaurantes. En ellas se veía cómo él mismo abrazaba a su pareja —además empleada del establecimiento— tras comunicarle que estaba encinta. Le gustó tanto la reacción que descargó el vídeo y se lo envió a su pareja, quien lo publicó en Instagram.

Un despido por un estrujón que ha quedado en carencia

Al enterarse de que una trabajadora había difundido un vídeo extraído del sistema de videovigilancia del restaurante, la empresa consideró que se había producido una peligroso transgresión del deber de confidencialidad. Con este argumento, procedió al despido tanto del administrador como de la trabajadora. Todo ello amparado en una cláusula de confidencialidad que decía:

No copiar la información contenida en los grabadores en los que se almacenan los datos de video vigilancia al propio ordenador, disquetes o a cualquier otro soporte sin autorización expresa del responsable de Seguridad [...] No divulgar por ningún medio imágenes ni cualquier tipo de información contenida en los sistemas de video vigilancia.

Pero esta intrepidez llegó hasta el Tribunal Superior de Rectitud de Cataluña, que ha desmontado esta calificación de infracción peligroso por parte de los trabajadores, tal y como se recoge en la sentencia y que ha recogido ConfiLegal.

Los miembros del tribunal apuntaban en este caso que la doctrina sumarial apunta a que un incumplimiento del acuerdo no conlleva siempre la castigo más severa, como es el despido. Apuntan a lo próximo en la sentencia:

La transgresión de la buena fe contractual constituye un incumplimiento que admite distintas graduaciones en orden singularmente a su objetiva empeoramiento, pero que, cuando sea peligroso y culpable y se efectúe por el trabajador, es causa que justifica el despido, lo que acontece cuando se quebranto la fidelidad y devoción que el trabajador ha de tener para con la empresa o se vulnera el deber de probidad que impone la relación de servicios para no defraudar la confianza en el trabajador depositada, justificando el que la empresa no pueda seguir confiando en el trabajador que realiza la conducta abusiva o contraria a la buena fe.

En este caso no se ha trillado un gran perjuicio en dirección a la empresa porque no existe un utilidad "personal para el trabajador". Esto no quiere aseverar que no hubiera algún tipo de castigo, que sí ha quedado probada, pero no se categoriza como tan peligroso como para proceder al despido al no poseer divulgado información confidencial. De esta forma, el tribunal califica la infracción como 'peligroso' y no 'muy peligroso' lo que hace que no se llegue al periferia del despido.

De esta forma, se declara el despido como improcedente al ir contra el medio presentado por la empresa frente a la primera sentencia. Ahora deberá devolver de nuevo al administrador en la empresa o abonar la indemnización correspondiente.

Imágenes | litoon dev Priscilla Du Preez litoon dev

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