Bill Gates tuvo tal obsesión con la productividad que memorizaba las matrículas de sus empleados para saber quién salía antes

Hace un tiempo veíamos que, en una charla que Bill Gates dio a un género de personas que se estaban graduando en una universidad, el ex líder de Microsoft recogía poco que le ha llevado a apesadumbrarse de poco que marcó su vida  (y la de quienes lo rodeaban) hace algunos abriles: "No eres tenue si te das un respiro". 

De hecho, ahora con mucho cuartos en el saquillo y sin subordinados a su cargo, centrado en una faena filantrópica que cada vez le da más cuartos, se muestra muy amplio y relajado con el número de horas que algún debería trabajar. Es casi un adalid ahora de la carestia del refrigerio y envite a que las IA ayuden a la humanidad en ese propósito. 

Sin confiscación, en el pasado, Gates contaba a estudiantes universitarios que cuando él tenía la época de sus interlocutores en la división, en sus primeros abriles de la plazo de los 20 "no creía en las reposo. No creía en los fines de semana. Obligaba a todos los que me rodeaban a trabajar muchas horas. En los primeros tiempos de Microsoft, mi oficina tenía vistas al aparcamiento y yo llevaba la cuenta de quién se iba pronto y quién se quedaba hasta tarde".

Un circunstancia gremial de mucho estrés

Incluso Paul Allen llegó a decir en el pasado que "Microsoft tenía un circunstancia de mucho estrés a causa de las demandas de Bill". Vamos a recapacitar el truco, asaz tóxico, de Gates para retener cuántas horas pasaba cada empleado en la oficina y para ver si estaban positivamente implicados para echar horas de más.

En una serie de podcast que el magnate realizó con la BBC, el ahora filántropo y una de las cabezas tras Windows, habló de su obsesión con la productividad, la de él y la del equipo de Microsoft. Aunque en otra ocasión ha relatado que considera que un dirigente de una empresa debe ser intenso, ha agradecido que en este caso se pasó.

La actos tóxica de Gates como dirigente

Bill Gates, como ya había contado en otras ocasiones, solía memorizar las matrículas de los coches de sus empleados para retener cuándo llegaban y salían del trabajo.

"Conocía la matrícula de todo el mundo, así que podía mirar en el aparcamiento y ver cuándo entraba la clan, cuándo se iba. Con el tiempo tuve que aflojar, cuando la empresa alcanzó un tamaño justo", explica.

Gates dijo que trabajaba los fines de semana y "no creía positivamente en las reposo" durante sus primeros abriles al frente de Microsoft. Admitió que era "un poco más intenso que la mayoría de la clan de la época, pero "no más intenso que Steve Jobs", cofundador de Apple.

Paul Allen confirmó en su momento que la empresa estaba rodeada de un circunstancia de mucho estrés con un dirigente obsesionado con que todo el mundo pasara muchas horas en la oficina (igual que Elon Musk en sus empresas exigiendo a todo el mundo trabajar muchas horas y muy duro) y que era como "un capataz que merodeaba por el parking los fines de semana para ver quién había llegado" a la oficina.

Prácticas que no son aisladas

Este tipo de prácticas no son aisladas. Para un CEO como él puede tener mucho sentido suceder muchas horas porque se estaba convirtiendo en multimillonario, como es el caso de Gates que llegó a ser el hombre más rico del mundo. Para sus empleados, proceder sin reposo ni descansos para hacer a otro hombre el más rico del mundo puede tener menos sentido.

Hay que recapacitar que Sheryl Sandberg, que durante muchos abriles fue una figura secreto en el liderazgo de Facebook, ahora Meta, y que todavía trabajó en Google, llegó a confesar que cuando tuvo su primer hijo, empezó a salir a escondidas de la oficina de Google temprano y, para disimular, a veces colocaba una chaqueta señuelo en su apero, dejaba la luz encendida en su escritorio o programaba reuniones por la tarde en otros edificios para que sus colegas pensaba que estaba haciendo poco en otro sitio de las oficinas y no supieran que se había ido.

Las startups de Silicon Valley están volviendo a implantar estos sistemas laborales abiertamente y muchos líderes se enorgullecen de ello. 

Imagen | Xataka

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