Bill Gates pensó que con el nuevo buscador de Microsoft, el mundo se reiría de cómo buscábamos en Google. Sufrió una derrota aplastante

Como cofundador de Microsoft, el peso de Bill Gates en la industria tecnológica es poco indiscutible, gracias sobre todo a su sistema activo Windows. Sin incautación, incluso los gigantes pueden tropezar, y una de sus batallas más destacadas fue contra Google, una empresa que, en los primeros abriles del siglo XXI, emergía como una repentina suerte en el ámbito de las búsquedas web.

Y es que, a pesar de la supremacía de Microsoft en los sistemas operativos (y la ofimática), Bill Gates veía a Google no solo como un rival, sino como una amenaza directa que podría cambiar la guisa en que las personas usaban la Web.

La amenaza de Google y la respuesta de Microsoft

Gates, consciente del cambio que se avecinaba, puso en marcha un codicioso esquema: crear el 'Google-killer'. Bill Gates imaginaba que la forma tradicional de averiguar online, basada en palabras esencia sin contexto (y que Google, aunque ofreciendo mejores resultados, continuaba), estaba desfasada:

"La idea de escribir palabras en una caja de búsqueda es anticuada"

Según él, la decisión no era solo mejorar el motor de búsqueda, sino integrarlo en los productos que ya usaba la familia, como Windows y Office: Gates soñaba con un mundo en el que la búsqueda fuera poco natural, casi invisible, un proceso que se realizara mientras los usuarios trabajaban en otras tareas.

Él visualizaba una experiencia en la que se pudiera averiguar información sin tener que desistir, por ejemplo, un documento de Word. En su visión, la búsqueda sería parte del entorno de trabajo, sin interrupciones.

Una derrota inesperada

El problema fue que Microsoft no solo no logró exceder a Google, sino que ni siquiera estuvo visión a la cima de la revolucionaria visión del propio Gates. El buscador de Microsoft, agresivo bajo el nombre de "MSN Search" (y que abriles más tarde se convertiría en el contemporáneo Bing), no consiguió advertir en lo más imperceptible la atención de los usuarios... ni ofrecer alternativas al maniquí de búsqueda en el que Google ya reinaba.

Aunque en términos de medios y tecnología Microsoft tenía superioridad, la simple propuesta de Google resultó más atractiva para los usuarios: la diferencia esencia estaba en la simplicidad y la precisión del cálculo de Google, que presentaba resultados relevantes de forma eficaz y sin complicaciones. Con eso, y con su entonces novedoso maniquí de publicidad basado en la subasta de 'keywords', Google había acabado consolidarse como la opción favorita en la búsqueda web.

Mientras tanto, Microsoft, a pesar de sus vastos esfuerzos, seguía forzado a mirar a Google desde debajo. Y en ese momento, la nueva compañía ni siquiera se había molestado en irrumpir en el mercado de los navegadores web, como haría abriles luego con éxito arrollador, desbancando primero y jubilando, más tarde, al Internet Explorer de Microsoft.

Qué año, aquel 2004, para la erradicación Google-Microsoft

Lo excéntrico es que, mientras Microsoft planificaba su fallido desembarco en el mundo de las búsquedas, Google hacía lo propio en el de los escritorios de PC, y su enfoque giraba en señalar las carencias de MS Windows en dos grandes campos: la aplicación de visionado/encargo de fotografías, y las búsquedas de archivos en el propio disco duro:

• En 2004, Google adquirió Picasa, un software de encargo de fotos, en 2004, como parte de su táctica para reforzar su presencia en el mercado de software, y reinó sin problemas entre los usuarios que querían administrar sus colecciones de fotografías... hasta que la compañía perdió el interés en meterle el dedo en el ojo a Microsoft, y mató la aplicación en lo más stop de su popularidad.

"Porque yo puedo", parece que hubieran pensado.

• Ese mismo año, la compañía del buscador lanzó Google Desktop Search para permitir a los usuarios realizar búsquedas en sus propios archivos locales, poco que tradicionalmente solo estaba adecuado a través de herramientas de Microsoft. Su idea era hacer la búsqueda más accesible, tanto en la web como en el sistema particular del afortunado, lo que complicaba precisamente la tarea de Microsoft, que intentaba integrar la búsqueda en sus productos de una guisa más natural.

Han pasado 21 abriles y la búsqueda interna de Windows sigue siendo una basura.

El impacto de la IA en la proceso de la búsqueda web

Hoy, gracias a la inteligencia sintético (y a los nuevos hábitos de navegación de los usuarios más jóvenes), el atmósfera ha cambiado por completo. Por fin, los avances tecnológicos permiten ir más allá de las simples palabras esencia para ocurrir a entender la semántica detrás de las consultas.

Así, los usuarios ahora pueden hacer preguntas complejas en un habla natural, y los motores de búsqueda ofrecer respuestas coherente y relevante, tal como lo haría un humano. Esta proceso ha hecho que la experiencia de búsqueda sea más "natural", tal como Bill Gates imaginaba (aunque no exactamente de la guisa que Gates había previsto).

Y, sin incautación, y a pesar de que esta vez Microsoft estaba en una posición absolutamente privilegiada, como principal socio tecnológico de OpenAI, y con Google pillado 'a pie cambiado' con la irrupción de la IA... la compañía fundada por Gates ha vuelto a mostrarse incapaz de superar a Google en el campo de las búsquedas.

Si suerte, se ha trillado adelantada, de nuevo, por un fresco contendiente, su propio asociado OpenAI, que ofrece desde ChatGPT búsquedas con respuestas más contextuales, adaptadas a las deposición específicas del afortunado. La búsqueda ya no se limita a mostrar enlaces que el afortunado debe clicar, sino que ofrece respuestas directas, convirtiendo la búsqueda en una conversación continua con la web.

Lecciones antiguas y nuevas

En síntesis, Bill Gates pensó que Microsoft podría exceder a Google con un enfoque revolucionario de la búsqueda, pero el enfoque de su rival, más simple y directo, demostró ser más exitoso. La derrota de Gates en la batalla contra Google es una amonestación valiosa: Microsoft, pese a su gran poder, no pudo adelantarse a un maniquí de negocio (el de Google) que respondía mejor a las expectativas del afortunado del momento.

Hoy, la IA está tomando el exención en el diseño de búsquedas, y lo que parecía una capricho de Gates está más cerca que nunca de convertirse en una efectividad (aunque no de la mano de Microsoft): la búsqueda web como una utensilio integrada en nuestro flujo de trabajo, realizada sin fricciones y completamente natural.

Vía | Fortune

Imagen | Marcos Merino mediante IA (basada en una portada real de 'Fortune')

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